El obispo cesa a la junta de gobierno del Prendimiento y manda convocar nuevas elecciones

Crónica de una madrugada intensa y llena de rumores, y de una mañana más tumultuosa todavía: llega un pantallazo al wasap, que anuncia el cese de la junta de gobierno en pleno de la Hermandad del Prendimiento. Es una imagen anónima que a todos nos hace dudar. Primeras llamadas. ¿Hay algo de cierto en todo esto? Todo son conjeturas. Nadie afirma ni desmiente nada. En el Obispado dicen no saber nada, o al menos eso es lo que se percibe. ¿Saben más de lo que cuentan? Pronto lo sabremos.

Siguen las llamadas y los mensajes en el teléfono. Parece que lo anunciado se confirma. Hora del café, y alguien apunta a la publicación de un inminente decreto desde Palacio.

Y sucede. Cuando el sol aún no brilla intenso en el cielo, los móviles empiezan a vomitar la noticia. Hay decreto. Y además, lo firma el propio obispo de Jerez, de puño y letra, monseñor Mazuelos, con lo que todo lo que hemos preguntado desde primera hora, lleva visos de realidad. Algo pasaba, pero nadie sabía nada en firme. Sólo el prelado, quien cansado del asunto del cese del capataz del Señor del Prendimiento, y tras una reunión mantenida con el hermano mayor de la cofradía de Santiago, José Lázaro Álvarez, decide convocar nuevas elecciones, dejando por ahora, al frente de la cofradía, al párroco y director espiritual, don Diego Moreno Barba.

Aquí tenéis el decreto:

Un asunto complicado, que deja en el aire muchas dudas, y que confirma una realidad incuestionable: el cese de la junta de gobierno de la Hermandad del Prendimiento, una junta compuesta por buenas personas, a las que se ha llevado por delante la toma de una decisión controvertida, difícil, y quizás fuera de lugar, y sobre todo, de oportunismo.

Una pena, porque de lo que debiera haber sido una fiesta (la salida extraordinaria del pasado día 6 de julio) se pasó en segundos a un funeral, y todo por la falta de tacto, de oficio, y de serenidad, que en todo este asunto han demostrado algunos de los actores principales del evento.

Y ahora, a esperar (y desear) que este asunto haya quedado aquí, y que a partir de este momento se marque un antes y un después por Santiago. Ojalá. Porque lo que está claro, es que la Hermandad del Prenimiento no se merece este nuevo lunar en su historia.

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