Juan Meira, recibido en Jerez por familiares y amigos

Lo avisó por redes sociales: llegaría a la calle Tornería a las 19.30 horas del miércoles y en la Rotonda 1, media hora antes, comenzarían los últimos metros de su travesía. Al igual que en el comienzo, rodeado por ciclistas de Jerez, alcanzó su destino; de nuevo Jerez.

Le faltó noche para saludar a familiares y amigos que no quisieron perderse su entrada en Jerez. Los que le esperaban en Tornería buscaban la presencia de Paz Bononato, que llegaría un poco más tarde para fundirse con su compañero en un emotivo abrazo.

Meira decía que aún no estaba recuperado del todo de su 'cicloviaje'. Podría haber seguido hacia Catedral como buen cofrade, pero se paró en Tornería, que para eso podría ser la nueva entrada a carrera oficial. Allí, todos analizaban su bici, miraban el número de kilómetros recorridos y examinaban los arañazos del chasis de la plegable que le acompañó de Jerez a Roma.

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Alguna salida de carretera por culpa de los coches complicaron la travesía; lo bonito de Los Alpes contrastó con lo mucho que le costó subirlos, según cuenta; pero lo más importante es que ya está en Jerez tras conseguir su objetivo: dar a conocer la fibrosis quística viajando de Jerez a Roma en una bicicleta plegable.