Y San Telmo bajó del cielo

16/09/17 Flamencomanía David Montes

Lleno casi de bandera en la noche de ayer en la iglesia de San Francisco. Si. Como lo leen. La iglesia de San Francisco. Aunque a nosotros también nos resultó extraño, en el interior del templo que acoge de forma temporal a la Hermandad del Cristo de la Expiración, y que la es permanente de la Hermandad de la Vía-Crucis, conocida en Jerez como la de las Cinco Llagas, tuvo lugar la primera de las citas de estas veladas entre 'lo sagrado y lo flamenco'. Nunca mejor dicho.

Al igual que años atrás, la idea de la organización de estas veladas tiene por objetivo recaudar fondos con los que poder seguir rehabilitando la Ermita de San Telmo, lugar que es santo y seña del Campillo y la Joyanca y donde, hasta hace algunos años, moraban el Cristo de la Expiración y la Virgen del Valle de forma permanente. El cartel de esta primera cita era de esos de los que llaman la atención si bien nada mas llegar tuvimos conocimiento de un cambio de última hora. Fernando de la Morena, aquejado de un pequeño problema de salud que le afectaba a la garganta, no podría estar presente y, en su sustitución, completaba el cartel Alberto Sánchez 'El Almendro'.

Por lo demás, todo según el programa. Encabezando el elenco Antonio Reyes al cante como principal reclamo de la gala, junto a él estarían el antes reseñado Alberto Sánchez 'El Almendro', Alfonso Carpio 'Mijita' (hijo) y Eloisa Jiménez 'Elu de Jerez'. El toque estaría a cargo de Domingo Rubichi y Paco Cepero y las palmas serían misión de José Rubichi y José Peña.

Comandada la noche por el compañero Juan Garrido, ejerciendo de maestro de ceremonias, el encargado de abrir plaza fue Alberto Sánchez 'El Almendro' quien, acompañado por Domingo Rubichi, tiró de manual en las alegrías de apertura, se fajó bien en el cante por fandangos y tuvo un recuerdo a Juan Moneo Lara 'El Torta' en las bulerías de cierre. No se pretende eternizar las veladas y, en principio, todos los participantes realizarán tres palos en cada cita.

En segundo lugar, llegaba desde Chiclana uno de los cantaores top del escalafón actual. Antonio Reyes es una figura que es deseada por todo festival de verano que se precie y, por ello, su participación en estas veladas cobra vital importancia. Tirando el cante para atrás, imprimiéndole ya un sello personal y propio, comenzó con una larga soleá en la que recordó de inicio letras caracoleras, muy de su gusto, para hacer escala en las penas de Frijones y volverse a Sevilla y colmarnos el gusto de escuchar de su voz un recuerdo Tomás Pavón, sin olvidarse de su tierra cerrando con olor a hierbabuena.

Antonio Reyes domina los tiempos. Al igual que otros muchos artistas, la guitarra no es un mundo desconocido para él y eso le ayuda a saber medir cuando entrar y cuando salir. Un ejemplo de ello fue la bulería con salida de zambra caracolera de oro y marfil, que engarzó con un ramillete de bulerías cortas tan del gusto jerezano maridadas con un recuerdo a su idolatrado José Monge Cruz 'Camarón'. Para cerrar, el cantaor chiclanero escogió una zambra que le compuso Paco Cepero, que fue su escolta también en la intervención.

Como tercer espada de la cita, y tras ver como levantaba el público de sus asientos Antonio Reyes, le llega el turno a un cantaor muy del gusto de la Plazuela y que siempre que la hermandad lo ha requerido ha estado ahí para colaborar con ellos. Alfonso Carpio 'Mijita' (hijo), arropado por un magnífico Domingo Rubichi – lo estuvo toda la noche-, desplegó la transmisión oral heredada a través del cante del dolor presente como carta de presentación. Los Mijita, los Carpios, son 'torreros' y eso se les nota a la legua. Y haciendo honor a un grande como fue Manuel Soto Loreto/Leyton 'Manuel Torre', la sonanta le marcaba el paso de forma firme y Alfonso dejó trazos de jamón del bueno. Tener al Cristo y la Virgen del Valle muy cerquita, a un devoto de esas imágenes como él, tuvo que tener algo que ver. Seguro.

Por fandangos tiró de torrente y de voz. Estaba a gusto y se le notaba. Agujetero, otro referente en la casa Carpio, y 'chocolateando' para cerrar, puso al público en pie recordando un fandango que una 'mare debería de durar lo que dura una palmera'. Para cerrar, por bulerías, tiró del son del barrio. Plazuelero si bien el inicio fue de los que se denominan azambrados, Alfonso Carpio 'Mijita' cuajó una intervención redonda en la que nada faltó y nada sobró.

Por último, para cerrar la noche, llegaba al altar de la iglesia de San Francisco una de las damas del cante que tiene Jerez actualmente. Afortunadamente, Eloisa Jiménez 'Elu de Jerez' ha decidido empezar de nuevo a placear sus formas y maneras cantaoras y, al igual que hiciera en los pasados Viernes Flamencos, derrochó un poderío fuera de toda duda. Por bamberas, y parafraseando letras de Mairena, dejó constancia de que ha venido para quedarse. Un lujazo poderla escuchar de nuevo.

Junto a Domingo Rubichi, cuya cara ya lo decía todo, se enfrasco con el cante de levante. Taranta y cartagenera, de la que salió como si estuviera tarareando, y dejó una ronda de fandangos de esos de lo que difícilmente se olvida. Sobre todo el último. El video lo tienen ilustrando esta noticia. Ya me dirán ustedes. Y como es obligado, aunque el cuerpo le pedía cantar por siguiriyas, sacó la bulería made in Cerro Fuerte y de corte 'paquero' colocándole un colofón magnífico a la noche.

NOTA: En nuestra página oficial en Facebook pueden ver los videos que realizamos en directo en la noche de ayer.

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