''Romance de la niña preñada'' por Andrés Cañadas

 “¡Mi niña no está preñada!”

Se oyó gritar en el patio,
mientras todas las vecinas,
detenían sus fregados,
y asomaban las cabezas,
por ver qué estaba pasando.

“¡Que se entere todo el mundo.
Su honor no está mancillado,
y así lo grito y pregono
en mitad de este verano!”

“¡Mi niña no trae retoño,
y al que hable, me lo cargo!
¿Escucháis bien ahí arriba?
¿Ha quedado todo claro?”

Silencios… fue la respuesta,
Publicidad en aquel julio tan raro,
que olía como en Cuaresma
cuando se montan los palcos.

Y punto. No hay más que hablar.
Fue montarse aquel escándalo,
y callarse las esquinas,
y apagarse los ocasos,
y cesar los 'cuchicheos'...
...y mirarse de soslayo,
quienes iban o venían,
silbando marchas de palio.

“¿No está preñada la niña?”
¡No, no no… ¿cómo va a estarlo,
después de aquel rapapolvo?
¡Válgame Dios… ni pensarlo!”

Pero como pasa siempre,
Publicidad tras un visillo de nylon,
hubo quien tranquilamente,
seguía leyendo el Diario

mientras pensaba, sonriendo…
“¡...ya llegará el mes de marzo,
y veremos si la niña
nos trae pan bajo su brazo…!”

Y pasaron las semanas,
y el mundo siguió girando,
y un buen día de septiembre,
sin tan siquiera esperarlo...

...volvieron gritos y prisas,
y un rumor inesperado,
nos habló de una barriga
que por lo que iba mostrando...

Publicidad ...era de las buenas buenas...
...de esas de notable alto.

Entonces, todos volvieron
al recuerdo tan cercano
de apenas dos meses antes…
cuando aquellos sobresaltos...

Pero nadie dio la cara.
Nadie quiso confirmarlo.
Nadie volvió a dar un grito.
Nadie desandó sus pasos.

Así que aquí estamos todos,
tan solamente, esperando,
a que alguien nos confirme
si este curioso embarazo,
terminará en un bautizo
con enagua, cura, y cantos...
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...y si es así, a los padrinos,
nuestro más sincero abrazo,
y a los cofrades inquietos,
que se vayan preparando
para celebrar la fiesta,
por la Placita del Banco...

...pues la niña, está... ¡Preñada!

¡Totalmente confirmado!


Dedicado a José Mari S.B, un auténtico genio de la metáfora cofrade.
Andrés Cañadas salguero