El Consejo del Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir en el Catálogo General
del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Lugar de Interés
Etnológico, La Carbonería en Sevilla. Este edificio, que debe su nombre a
su uso de almacenamiento y venta de carbón que mantuvo hasta 1974,
alberga desde hace cuatro décadas una singular actividad hostelera,
social y artística que lo han convertido en un referente fundamental de
la vida cultural de la ciudad, con marcada proyección internacional.
Situada en el barrio de San Bartolomé, en plena
judería sevillana, La Carbonería se compone de dos inmuebles. El primero
de ellos, en la calle Levíes, es el último testimonio material de una
casa señorial del siglo XVI, construida a su vez sobre la anterior
residencia del linaje de los Levíes. El segundo de los espacios, abierto a la calle
Céspedes, lo ocupa el amplio patio que sirve de escenario a las
actuaciones y es el resultado de la demolición de un antiguo corral en
los primeros años de la década de los 70 del pasado siglo.
La actividad desarrollada en La Carbonería tiene
sus antecedentes en la labor de dinamización que el grupo denominado
‘La Cuadra’ inició en la Sevilla de los años 50 como alternativa a la
cultura oficial. Centrado en el flamenco y vinculado al incipiente
movimiento literario de los ‘narrandaluces’ el grupo se trasladó al
inmueble del barrio de San Bartolomé tras pasar por cuadras y
construcciones en precario de la periferia de la ciudad. Su asentamiento
supuso un punto de inflexión de la degradación de la Judiería y marcó
la recuperación de un entorno urbano marcado durante años por la ruina
de las construcciones y la salida masiva de los vecinos.
A partir de ese momento, el local se convierte
también en un referente del renacer social y cultural que conoce Sevilla
en los años de la Transición. La Carbonería se configura así como un
espacio arquitectónico singular en el que se aúnan el ocio y la
promoción de las actividades asociativas, creativas y de promoción de la
literatura, el teatro, la música y otras manifestaciones artísticas.
Igualmente lugar de agitación política, sindical y vecinal, durante sus
cuatro décadas de historia se han sucedido intentos de suspender la
actividad, que en todos los casos encontraron la contundente oposición
de los representantes del mundo de la cultura y de los movimientos
ciudadanos.
El flamenco ha sido la manifestación más
emblemática de La Carbonería, especialmente en la vertiente del
descubrimiento y promoción de nuevos valores. De igual modo, y fiel a su
herencia de La Cuadra, desde los comienzos ha desarrollado una amplia
gama de artes escénicas. Sin llegar a ser una sala convencional de
exhibición, su labor en esta faceta ha sido sobre todo de ensayo,
aprendizaje, lanzamiento y colaboración de grupos teatrales andaluces.
En el ámbito de la creación literaria, La
Carbonería ha sido lugar de innumerables recitales poéticos, tertulias,
encuentros, mesas redondas, presentaciones e incluso una labor editorial
autónoma surgida en el propio local, al margen de toda lógica
mercantil.
Finalmente, este espacio cultural se ha
consolidado como local de música en directo de una amplia gama de
géneros, además del flamenco, y también ha funcionado desde sus orígenes
como sala de exposiciones de artes plásticas y visuales, convirtiéndose
en una galería singular e imprescindible para entender las nuevas
tendencias en la ciudad.