Algo que decirte

El anuncio nos dice: díselo a lo grande. Enorme, inmenso es el mío. El mismo que mis hijos me demuestran cada día. Con sus palabras, sus gestos o sus acciones. La mía, por suerte, también me ha dicho algo así en más de una ocasión. Que ella sabe lo mucho que la quiero.

 Mi madre me dio su confianza, su compañía, su ayuda cuando la necesité. Su amor generoso, porque una madre da sin saber si va a recibir. Pero a qué engañar, siempre esperamos algo. Nos gusta que nos digan te quiero. Que nos rodeen con sus brazos y sonrisas. Ese es el mejor regalo. Hoy mamá te rodeo con mi abrazo de palabras. Quiero agradecerte todo lo que me has dado y has sido para mi y toda la familia. Ahora que peinas canas, no podemos olvidar aquella otra mujer fuerte y lista que impartía clases. Que nos preparaba de ingreso para entrar en el Instituto de Enseñanzas Medias.

Porque hace muchos años para comenzar los estudios de bachiller había que hacer un examen de ingreso y ella me hizo un vestido blanco. Era precioso. Entré en el paraninfo lleno de niñas bulliciosas con lazos. De los balcones caían enormes cortinas de terciopelo rojo como grandes eran los cuadros de los reyes que presidían la sala del Braganza. El examen me salió de sobresaliente porque mi madre era muy buena maestra. Y así hasta ahora.

 Hemos vivido momentos como las venidas a Cádiz compartiendo mi trabajo en la Cadena Ser o aplaudiendome y disfrutando entre el público. Los nacimientos de mis hijos… Las olas del mar de la bahía de Cádiz, ese Puerto marinero o la Feria de Jerez. Un triangulo donde se ancló mi vida y donde mi madre tuvo su espacio. El amor para una madre siempre es infinito, es lo que me ha escrito hoy mi hija. Ahora lo hago yo con la mía. Con lo que deber ser cierto.

 Qué suerte tenerte y que al lado de papá sigáis en la casa familiar donde vuelvo. Y en ese campo con tantas historias vividas y las que quedan por llegar. No lo dudes. Mamá te lo digo a lo grande en éste día que se llevó la soledad. En este primer domingo de mayo señalado en el calendario como el de la madre. Ya ves, en éste paseo por las palabras detengo mi camino para decirte que en el mejor mundo posible estás tú, siempre estarás tú mamá. Te quiero.