“Capitán mande firmes y ahora digan conmigo”… esperando el sonido de corneta, levemente y algo cohibida alza su voz “ viva España, viva el rey”. Los militares dicen que fue “una gran jefa”.
Ya es historia también su estancia en Afganistán embarazada pasando revista y recibiendo información sobre el terreno, imágenes que dieron la vuelta al mundo.
No quería dar un paso atrás. “Soy una cardiópata congénita pero doy las gracias a los médicos que son nuestros ángeles de la guarda y a mis padres que me criaron como una niña sana”. Por eso podía con todo, porque no quería que la enfermedad la limitase y lo consiguió hasta los 46 años.
Cuando era una adolescente de apenas 16 años se afilio al PSC. Fue concejal, diputada, vicepresidenta del Congreso, ministra y empleada del Corte Inglés en la sección de ropa. El paso por estos grandes almacenes lo contaba con orgullo “me ayudó a costearme mis estudios de Derecho”.
Carmen Chacón subía a Instagram hermosos atardeceres de Tarifa donde añadía comentarios de felicidad y plenitud. Hace una semana le di un me gusta, además de poder demostrarle mi admiración. Le escribí que con ella, perdimos la oportunidad de una presidenta del Gobierno. Tenía cualidades y carisma para serlo. Si lo son otros por qué no ella, política preparada que hablaba inglés. Cuando dejó la intensidad de la vida política estuvo un semestre dando clases en una universidad de Miami. Actualmente trabajaba en un bufete de abogados y según dejaba caer en los mensajes se sentía plena.
En esa línea , hace tan solo unos días colocaba una imagen en la que se vía parte del ala de un avión con este mensaje “sobrevolando el océano” y apuntaba que estaba deseando llegar a casa y estar con su hijo.
Festejo como ha llevado su forma de vivir. Como si nada tuviera, lo contaba a las cámaras con total normalidad y lo hacia visible con una sonrisa “tengo el corazón al revés”.
Era de frases que la dibujaban y nos hacia pensar en ella como una mujer fuerte que rompió techos de cristal y abrió caminos a otras. El que pestañea pierde, le confesó a una compañera socialista.
Parece que así era ella; sin perder tiempo para vivir hasta que se le acabó el tiempo.