Adiós Obama

Los que le conocen dicen de él que le gusta la gente y crea fuertes vinculos con las personas, que suele ser el rey de la reunión. Así empezó en el duro South Side de Chicago donde, a mediados de los ochenta, comenzó como trabajador social.

Por aquel entonces un joven reverendo llamado Alvin le recibió creyendo que era uno de tantos chicos que venían pidiendo unos dolares para un bocata.

Pero el alto y delgado joven venía a preguntar. Quería saber más de esa dura orilla de la ciudad. Le sorprendió sus ganas, su afán por conocer detalles de la comunidad y el barrio. Con apenas veintitantos años ya opinaba como ahora " para poder lograr resultados hay que conocer muy bien el terreno". Ya se veía venir con sus ideales y talento. Soñando a lo grande pero aceptando los logros pequeños para seguir creciendo.

Su mandato deja frustraciones y éxitos. No pudo o no le dejaron hacer todo aquello que prometió. En estos ocho años las Cámaras del Congreso, el Partido Republicano tiene el poder con el control de ambas Cámaras, se lo han puesto difícil, muy difícil. Dicen los expertos en política estadounidense que, tal vez, su mayor error haya sido no haber levantado un partido demócrata fuerte con líderes que ganen elecciones.

Se va de la Casa Blanca, pero debe continuar en Washinton hasta que su hija pequeña acabe el Instituto. Y lo hará en una gran mansión rodeada de jardines y garitas de seguridad. En un elegante barrio donde se alzan las diversas embajadas y habitado solo por millonarios, paradogicamente una de sus vecinas será la hija favorita de Trump, ya instalada en Washinton ya que tanto ella como su marido tendrán un papel destacado en la Casa Blanca.

Obama ganará la mitad de lo que recibía como presidente, 205.000 dolares anuales de por vida. Servicio secreto, cobertura sanitaria y demás privilegios. Nada que ver con aquel joven mochilero que recorrió España. Se lo contaba a Felipe VI cuando fue recibido con honores en el Palacio Real en su visita relampago a Madrid. Soñar a lo grande. Ya lo dijo él hace ahora ocho años. Yes you can. Sí se puede. Adiós Obama. Te echaremos de menos, bye, bye.