"Por qué es grande el Prendimiento.." por Andrés Cañadas

Él es grande porque lo es. Y ya está. No hace falta darle más vueltas a este asunto. Es tan grande, que sabe ser el más humilde de todos nosotros. Sabe ser pequeño en su enormidad. Sabe hablar sin levantar la voz. Sabe mirar sin llamar la atención, y sabe marcharse sin que se note ni siquiera que ha llegado. Es tan grande, que provoca cosas que sólo Él provoca. Y cura cosas que sólo Él conoce, y provoca alegrías que sólo Él sabe necesarias. Y sabe también ser risa en el llanto, y llanto en la risa. Y sabe ser silencio. Y sabe ser el mejor cantaor y ¡por supuesto! el mejor bailaor, no en vano, lleva pegando una 'pataíta' desde que las gubias supieron dejar paso a la vida.. después de las maderas. 

Él es Dios. Un Dios cercano y confesor, a veces lejano, cuando no sabemos comprenderlo, y a veces tan cercano.. que olvidamos sin darnos cuenta su Sagrada presencia, para pasar a verlo como un hermano, como un amigo.. como un primo con el que nos gusta tomarnos unas copas, y hablar secretas confidencias. No hay un Cristo más vivo que Él. Más imponente que Él. Más sereno y humano que Él. Y por eso tantas y tantas cosas, tantos pedazos de Cielo al alcance de lo mundano, y tantas miserias humanas escondidas debajo del faldón de su túnica -y quizás esto sea lo más triste- mientras las risas siguen escondiendo recelos, envidias y rencores. 

En una tierra mariana por los cuatro costados, aunque cada vez haya más tuertos en un mundo de ciegos, hay tres o cuatro Cristos que lo dicen todo, que lo mandan todo, y que lo pueden todo. Y de todos ellos, el Prendimiento, como eje central y a veces único de las devociones íntimas de nuestro pueblo. Él es así. No lo ha buscado, pero lo ha encontrado. Y por eso lo quieren, lo aman, lo respetan, y lo subliman hasta donde haga falta.

Hoy vuelve a Santiago, la que dicen que es su casa. No es cierto. Su casa existe allá donde haya alguien que lo lleve en el corazón. Eso es así. Por eso es tan grande y tan universal. Porque desde la fuente del Arenalejo, hasta la Gran Muralla China, siempre habrá alguien que al despertar cada mañana, mirará la estampa de su cartera, y le dirá bajito al oído, cuánto lo quiere, y cuánto nos hace falta. 

Y además de todo, es que encima es hasta guapo. ¿Qué más queremos? 

¿Es el más grande, o no es el más grande?