Solo y a oscuras ¿por cuánto tiempo?

Que sí. Que ya lo sabemos. Que el luminoso más legendario de los vinos de Jerez está en la Puerta de Sol, en Madrid. Que lo cambiaron de sitio pero allí sigue, que es de Tío Pepe y supone todo un icono publicitario.

Jerez también tiene luminosos especialmente emblemáticos… ¡o los tuvo! Algunos quedan: unos de mejor factura, otros de peor gusto. Siempre me llamó la atención el de Iberia, en el edificio que une la calle Lancería con Consistorio. No era una maravilla, pero las letras en rojo con el nombre de la aerolínea en plena Plaza del Arenal le daba al Jerez de hace unas décadas un toque cosmopolita.

El más lucido, por el enclave en el que está situado, en El Gallo Azul, es el de Fundador. Frente por frente, el edificio en cuyos bajos estuviera la antigua pastelería La Esperanza y, posteriormente, la tienda Pampa, sostuvo en su día un Tío Pepe ‘mirándose de frente’ con el nombre de La Ina.

La fotografía que ilustra este artículo es sobradamente significativa. Es la de un luminoso apagado. Pero no porque la foto está tomada a las ocho de la tarde. El anuncio de neón de Fino San Patricio, situado en la esquina de las calles Sevilla y Divina Pastora, lleva apagado años. El motivo puede tener su raíz en la falta o suspensión de acuerdos entre la dirección de Garvey y la comunidad de propietarios del edificio, que percibía una cuota en concepto de alquiler para el anuncio. Como sucedió, años más tarde, con la instalación de antenas por las operadoras de telefonía móvil.

Este neón apagado supone el último vestigio de Garvey en el centro, aguantando jornadas de sombra, sin ofrecer ni un solo destello. La incertidumbre se cierne sobre la sombra de un luminoso que resiste al tiempo y a los envites: expropiación, venta y desmantelamiento de uno de los cascos bodegueros señeros de Jerez, en pleno centro de la ciudad.

La idea de instalar allí el anuncio fue amasada con acertado ingenio. No sólo por coronar la manzana en la que se encontraba la histórica Bodega de Crianza de San Patricio (que hoy alberga un Mercadona), si no por su ubicación estratégica. En funcionamiento, el neón hoy apagado era visible desde prácticamente la Plaza del Caballo, a casi kilómetro y medio de avenida, donde se encontraba otro luminoso llamativo, que ya forma parte del recuerdo: el de la Caja de Ahorros. Una moneda parpadeaba, bajando hasta la ranura de una hucha. Rudimentario y divertido, sin desdeñar su perfil histórico. De esta forma, si caminabas de noche por ese tramo de la avenida Alcalde Álvaro Domecq, podías divisar los dos anuncios luminosos.

A día de hoy, el resplandor azul y blanco del neón de San Patricio es sólo un recuerdo, al menos en ese enclave. Su destino definitivo estará en manos de quien se alce definitivamente con la propiedad de Garvey, la bodega productora del que fuera conocido como El fino sabor de Jerez. De momento, no han trascendido detalles definitivos.

La tendencia conservacionista de las numerosas instalaciones bodegueras en la ciudad acentuó sus esfuerzos en mantener al día las edificaciones. Eso sí, muchas de ellas fueron reconvertidas en promociones de viviendas, contando con el atractivo singular de la arquitectura bodeguera.