El detalle con esta enfermedad, es que los
síntomas son tan comunes como un dolor de cabeza fuerte, mareos, vómitos, calor, dificultad para respirar, por lo que
en la mayoría de los casos se confunden con otros problemas de salud. Y no es cuando se le hace un seguimiento al paciente que se descubre el verdadero problema.
Dependiendo de la variación que se presente en la tensión arterial, esta puede ser alta o baja. Cuando se tiene alta, por encima de las 140 pulsaciones por minuto, la persona puede sentir un dolor de cabeza fuerte, y la cara se llega a poner roja, en algunos casos hasta en el cuello se nota la coloración.
La hipertensión suele aparecer por el envejecimiento de las arterias, lo que causa la alteración de su capa media, pierden su grosor y se fragmentan, dando como resultado final la pérdida de la elasticidad de las arterias.
Pero si la tensión arterial es baja, la sintomatología es muy diferente, decaimiento, mareos, somnolencia y en los escenarios más fuertes, dificultad para hablar.
Cómo atacar el problema
Lo primero es tratar de
llevar una vida sana. Las estadísticas demuestran que quienes sufren de esta enfermedad son personas obesas, con problemas cardiacos, mala alimentación y ritmo de vida acelerado.
En este sentido, es necesario evaluar el tipo de vida que se está llevando para identificar las rutinas negativas que puedan desencadenar problemas de tensión arterial, en especial cuando ya se tiene más de 50 años.
Los expertos en el área afirman que llevar una
vida saludable es la mejor manera de cuidar la tensión cuando se tiene una edad avanzada, las principales recomendaciones son restringir la ingesta de sal, a menos de 5 gramos de sodio al día.
Disminuir el consumo de alcohol, no comer grasas saturadas, colesterol, y aumentar la ingesta de fibras, vegetales, productos desnatados, entre otros.
Algunas
acciones alternativas para cuidar este problema son las
Agujas de acupuntura, que reducen la presión arterial activando los opioides naturales que se encuentran en el cerebro.
Un estudio realizado por el Centro de Salud y Medicina Integral Susane Samueli, ubicado en California, demostró que este no es solo un efecto placebo, los resultados demostraron que a medio plazo, los picos de elevación de la presión arterial en los pacientes se fueron controlando.
Control constante
Un elemento clave para atender los problemas de tensión arterial es el monitoreo constante de las pulsaciones del corazón. Por ello, los doctores recomiendan tener en casa un tensiómetro, equipo adecuado para conocer cómo están estos valores.
La tensión debe medirse dos veces al día como mínimo, por la mañana y por la noche. Llevar ese registro para conocer al detalle las variaciones que puedan existir y sobretodo la tendencia del problema, si se padece de hipertensión o hipotensión.
Este control es fácil, si se cuenta con el equipo adecuado. Existen tensiómetros manuales, de brazo, de muñeca, tipo reloj, aneroides, homologados, profesionales y otros digitales, que son los más usados en la actualidad por ser fáciles de usar.
Una guía acertada para saber cuál equipo comprar se encuentra visitando la página web
https://www.mejorestensiometros.es. Allí explican que un buen tensiómetro debe ser cómodo, fácil de usar, preciso y mientras más integre la tecnología mejor. Como pantallas digitales, capacidad de guardar los registros, entre otros.
Los niveles normales son sistólica en 120-129 mmHg y la diastólica 80-84. Lo óptimo es que se ubique en 120-80, más de 140 ya es señal de alerta y menos de 100 también.
Problemas de salud secundarios
Un dato importante que se debe tener presente es que este padecimiento
trae consigo otros problemas de salud que pueden empeorar el panorama del paciente.
Por ejemplo,
daños en el corazón, precisamente en las arterias coronarias, aumentando las
probabilidades de sufrir un infarto, una angina de pecho, rotura arterial o arteriosclerosis.
Otras enfermedades también delicadas son daño renal, disfunción eréctil, pérdida de visión, pérdida de memoria, daño de las arterias periféricas, edema pulmonar y un accidente cerebrovascular.
Conclusión
Además de los elementos relacionados con el estilo de vida, hay otros factores que inciden en la aparición de los problemas de tensión como los genéticos, si los padres o abuelos tienen un historial del padecimiento, los hijos son muy propensos a tener la enfermedad.
Las personas afrodescendientes, los diabéticos o quienes tiene el mal hábito de fumar están de primeros en la lotería de la tensión arterial.