La función debe continuar

Todavía consternados por la terrible pérdida de su primo ‘Barullito’, tanto Momo Moneo como Gema Moneo hicieron de tripas corazón para no defraudar al público que acudió a ver su espectáculo ‘Sangre y Territorio’ en la Sala Compañía como última función del día de la programación oficial de esta tercera jornada del Festival de Jerez.

Pero como se dice en el argot artístico, la función debe continuar y ellos, conscientes de su responsabilidad, se subieron al escenario del antiguo convento jerezano para rendirles homenaje tanto al recientemente desaparecido tocaor jerezano como a Juan Moneo ‘El Torta’, presentando una propuesta con la base y cimentación fijada sobre el último trabajo discográfico de Momo Moneo, que presentara en este mismo espacio durante las Fiestas de Otoño de 2014.

Una guitarra con crespón negro presidiendo la escena, escoltada por todos los artistas en silencio, fue la imagen con la que nos recibieron nada más levantar el telón. No hicieron falta palabras. Sobraban todas. Aplauso cerrado y fundido a negro. ¡Va por ti Manuel!. Momo Moneo se queda con Juan Manuel Moneo y las alegrías rompen el silencio. Tortistas hasta en las caídas y las formas de atacar los tercios, nos dejan claro cual es el referente del Moneo. Por soleá buscó acomodo en Cádiz, fiel y aseadamente acompañado por Juan Manuel Moneo.

Los martinetes fueron anticipo del primero de los bailes que, por siguiriyas, realizó Gema Moneo. Su baile está lleno de fuerza y genio, la influencia farruquera se nota a distancia, tanto en desplantes como en los remates, buscando el compás al límite de los tiempos y cerrando los tercios de forma eléctrica, si bien muchos de ellos no quedaron como Dios manda porque en muchos momentos los pies que más se escuchaban no eran los de ella.

Un solo por bulerías de Jesús Agarrado ‘El Guardia’ les sirvió a ambos de respiro, antes de volver a escena Momo Moneo y fajarse con el cante por siguiriyas y fandangos, dejándole el terreno expedito a Gema, una vez realizado el cambio de vestuario, para bailar una eterna soleá, en la que acabó peleándose hasta con las horquillas del pelo. De nuevo volvió a mostrar maneras de bailaora que puede tener una trayectoria muy interesante.

Como es tradición en Jerez, el cierre es obligado realizarlo por bulerías y, homenajeando a Juan Moneo ‘El Torta’, sus letras fueron las protagonistas de rematar la noche antes de despedirse del respetable y realizar un pequeño fin de fiesta, donde todos fueron pasando por la piedra del baile.