Versos y saetas para Jesús

Estábamos equivocados. Completamente equivocados. Creíamos que la Cuaresma estaba a siete semanas de distancia, y resulta que estaba tan solo a tres días. Los días que faltaban, desde que terminó el ciclo navideño, para volver de nuevo a San Juan de Letrán, a encontrarnos con el Señor Nazareno de Cristina.

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Ni los fríos. Ni las fechas. Ni los que pasaban preguntando -cofrades de toda la vida- sin enterarse de qué iba aquello. Todo daba igual. Letrán tenía sus puertas abiertas, y eso era motivo más que suficiente, para volver a sentir el recio gusto de los inciensos.. y el agradable aroma de las colas delante de la imagen.

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Mención aparte merece el estado en el que nos hemos vuelto a encontrar al Señor. Parece que bien. Tiene pinta de que el trabajo realizado por Pedro Manzano en su sevillano taller de restauración, ha resultado tal y como se esperaba. Mejor.

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Pero lo verdaderamente importante. Lo que todos estábamos deseando ya.. es que la casa de Cristina volviera a tener dueño, como dijo Cañadas Machado en las líneas pregoneras que le dedicó por la tarde, junto a Vicente Priento, Pepe Castaño, Joaquín Perea, De Mora, o Álvarez Leiva. La casa tiene de nuevo a su jefe, y eso es lo que ahora respira por aquel patio.. donde por cierto, este sábado sonaron las primeras saetas del año, en las voces de Luis Santiago -padre e hijo- y de Juan Lara.. un auténtico regalo para Jesús, y también para todos los que estuvimos allí.

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