Enarbolando el cante de Jerez

Dicen que si lo bueno es breve, es dos veces bueno y, el bueno de David Lagos, solo necesitó una hora enarbolando el cante de su tierra para llevarse al público de calle en la presentación de su ‘Made in Jerez’ con el que hace un ‘Retoque al cante Jerezano’. Acompañado al cante por Melchora Ortega y El Londro, las guitarras de Alfredo Lagos y Santiago Lara, la percusión de Perico Navarro y de Leonor Leal, Diego de la Margara y Tío Zorri como artistas invitados, David Lagos expuso motivos más que suficientes sobre el escenario del Teatro Central para demostrar por qué la ‘Lámpara Minera’ de este año está a buen recaudo, si bien él mismo se encargó de aclarar que la Bienal cerró esta cita mucho antes de ganar en La Unión.

David Lagos, que no es precisamente un artista que sea un neófito por los espacios escénicos del mundo ya que es uno de los cantaores de atrás mas reclamados del panorama actual, sabe aprovechar las oportunidades que se le presentan en solitario como si le fuera la vida en ello y se estuviera jugando en cada segundo el carnet de artista. En él no encontramos en ningún momento ese vicio que algunos cantaores no se quitan en muchos años, cuando vienen de atrás y quieren echar la silla cinco metros p’alante. Su conocimiento de los cantes, de los estilos, de las formas y de los espacios le hizo moverse con total soltura por el escenario, sabiendo estar en su sitio y también sabiendo darlo.

Sevilla lo reconoció como artista hace tres lustros, y a Sevilla le llevó una muestra de su tierra cantaora. A capela, tras encomendarse al de arriba, se acompañó del Londro y Melchora para mostrar la grandeza de una tierra que tiene el pecho lleno del humo del carbón de la fragua de la Estancia Barrera al mismo tiempo respira el olor del fruto de la vid y manda a las mulas que separen bien el grano del trigo. En la ‘bulería pa escuchá’, con su hermano a la sonanta , se nos marchó a Santiago a buscar a Terremoto y Sordera y se encontró con Diego de la Margara, que le marcó el compás del cante jerezano por excelencia. Por tientos se peleó con el engaño y del levante se trajo otra lámpara para la capital andaluza que maridó con la malagueña chaconiana.

Si nos tuviéramos que quedar con algún momento especial, este vino con la guajira. Con una preciosidad de guajira a la que Leonor Leal le puso el complemento perfecto. Con ella nos echamos en los brazos del cante de ida y vuelta y estaríamos cien años, como decía la letra, escuchando el punteo de una guitarra que quería 'buleriar' en las manos de Santiago Lara. Por soleá se fue de Santiago a San Miguel, de Frijones a Carapiera, y se quedó allí para encontrarse con Manuel Torre y el Marruro por siguiriyas a las que finiquitó con la guitarra en off y él encarnando a Chacón. Reclamó a sus compañeros de viaje para una tanda de fandangos donde el espíritu de Niño Gloria y Chocolate pulularon por el patio de butacas.

El compás de Jerez no podía faltar a la cita y, sin que nadie lo esperara, el Bo salió entre bambalinas y se metió al público en el bolsillo en cinco segundos arrancando un fin de fiesta donde todos fueron pasando por la piedra. No se libró nadie. Ni el propio David Lagos, que le dio gracias al Señor por haber nacido en Jerez, y nosotros le damos las gracias a él por tratar los cantes con tanto respeto, valentía y humildad.

La Bienal ya toca a su fin, han sido más de tres semanas de espectáculos, donde hemos visto y contado prácticamente de todo, y a falta del homenaje a Juan Peña ‘El Lebrijano’ en el Teatro de la Maestranza, con este espectáculo, el flamenco ‘Made in Jerez’ de David Lagos, no ha podido tener mejor epílogo en una cita que está considerada como el festival flamenco más importante del mundo.