Algo más que música

Estrenándose, inexplicablemente, como solista en la Bienal de Flamenco, Alfredo Lagos clausuró las citas guitarrísticas en el dormitorio alto del Espacio Santa Clara. Y digo bien lo de inexplicable porque, con una trayectoria profesional como la suya y unas magníficas maneras de tratar a la guitarra, demasiado tiempo han dejado pasar los programadores para fichar a este genio, que enmascara su timidez tras las primas y los bordones.

Entrando con una rondeña, y pasando por las soleares, siguiriyas y tarantos que realizó en solitario, o los tanguillos, fandangos de Huelva, tangos y bulerías para los que se escoltó de Agustín Diasserra, nos dio una muestra de lo que será su próximo ‘Punto de Fuga’, el nuevo trabajo discográfico que quienes somos seguidores del jerezano estamos deseando que salga al mercado.

Que largo se nos van a hacer estos meses hasta que llegue el próximo año, y qué alegría nos da ver el estado de salud de una guitarra jerezana que sigue teniendo frescura, ideas nuevas, armonías que te transportan al mejor de los universos a la vez que muestra diversas perspectivas desde la que proyectarse. No lo hace bien, lo hace bonito, que es infinítamente más dificil. Sin complicarse la vida, sin buscar escalas imposibles y acompasando los tempos, Alfredo Lagos es un comandante con mando en plaza de la 'bajañí', que lleva ya muchos años clavando la bandera de Jerez por el mundo, y es uno de los grandes, aunque él no quiera creérselo. Disfrutar con su música es un placer para los sentidos.

La Bienal está empezando a mostrar los primeros metros de la recta de meta. Solo faltan dos días para que acabe el festival flamenco más importante del mundo y, con tardes como las que hemos vivido hoy en el dormitorio alto del Espacio Santa Clara, no nos importaría que durara el doble porque no hace más que refrendar que el flamenco, expresado por artistas como Alfredo Lagos, es algo más que una música.