Gran noche cofrade en El Puerto

Con un poco de retraso sobre el horario previsto comenzó este pasado sábado, una jornada inolvidable para los hermanos del Nazareno de El Puerto de Santa María, así como para todos los cofrades de la ciudad, ya que 450 años no se cumplen todos los días.

El cortejo compuesto por hermanos y acompañado por la representación de la Hermandad de la  Misericordia, del Consejo Local de Hermandades, además de una representación del Ayuntamiento, encabezada por el alcalde Alfonso Candón, se encaminó a la Plaza Peral, preciosamente exornada para la ocasión, donde destacaba el detalle de la colocación junto a las banderas institucionales, de los dos guiones de la hermandad, donde al paso del Nazareno esperaba una escuadra de Gastadores de Infantería de Marina que rindió honores, y que luego acompañó a la imagen del Nazareno desfilando ante su paso durante toda la procesión.

A la entrada a la Plaza Peral fue recibido por la Coral Polifónica "San Dionisio Aeropagita” de Jerez con una versión instrumental de la banda sonora de "La Misión". La Misa fue presidida en el altar por el paso del Nazareno y predicada por Diego Valle, director espiritual de la cofradía, acompañado por otros ministros de la Iglesia; junto al altar estaban los estandartes corporativos de las distintas hermandades de la ciudad y de las hermandades del Nazareno de Cádiz y Jerez. Destacar de la homilía las palabras de Diego Valle refiriéndose al profeta Jeremías "me sedujiste Señor porque tu amor es inmenso" y la misión de los cristianos de proclamar el amor de Dios, e invitó a los hermanos del Nazareno a coger su cruz cada día y que sigan dando ejemplo como lo han hecho desde hace 450 años; la Eucaristía finalizó con la Bendición enviada por monseñor José Mazuelos, obispo de Asidonia-Jerez, y con una salve a la Virgen.

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Antes de iniciarse la procesión de Alabanzas, se realizó la entrega por parte del alcalde, de la Medalla de Oro de la ciudad concedida a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y la entrega por parte de la Esclavitud de la Patrona, de un cuadro conmemorativo.

Y comenzó el sueño… al son de “La Saeta” y “Al compás de la Laguna”

Al abandonar la Plaza Peral comenzaron a vivirse momentos que quedarán guardados en las retinas y oídos de todos los que pudieron vivirlos. El buen andar de las cuadrillas de costaleros y los sones de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, llegada desde Sevilla, hizo que en todo momento las calles rebosantes de público vibrarán en cada 'chicotá', alguna de ellas al son de marchas engarzadas que parecía que no tenían fin.

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La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, vestido con su nueva túnica de sarga morada, parecía que flotaba en su paso, preciosamente iluminado con los faroles  de la Hermandad de los Afligidos, sobre un mar de gente que no quería perderse ningún momento de una jornada histórica para la hermandad de la “Madrugá” portuense.

Durante todo el recorrido se vivieron momentos intensos como la llegada a la Plaza de la Cárcel con los sones de la marcha “Oración en el Huerto”, o en la Plaza de las Galeras Reales, donde tras el rezo de una oración se realizó una ofrenda, de una corona de laurel, por los hombres que han perdido su vida en el mar.

A las puertas de la Capilla de los Afligidos se realizó un saludo a la hermandad del Lunes Santo portuense; a su paso por la calle Cañas se pudo oír los sones de la marcha “Misericordia” o a la llegada del paso a la guardería de las Siervas de Jesús donde se les entregó a las hermanas un ramo de flores al son de la marcha “Gustad y Ved”.

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En torno a las 03:30 de la mañana, se iniciaba la recogida con una Plaza de España rebosante de público, como cada mañana de Viernes Santo; sones flamencos con la marcha “Caminando va por tientos” acompañaron al Señor de El Puerto hasta la puerta de la Prioral, donde tras recibir las oraciones y haber bendecido a miles de portuenses y visitantes que quisieron acompañarlos en esta 'Madrugá' veraniega, se recogió con la marcha “La Saeta”.

Y no fue un sueño… todo esto se vivió gracias al buen gusto con el que una hermandad quiso celebrar su 450 aniversario.

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