Los Jueves Flamencos de Cádiz comienzan luchando contra los elementos

El tradicional ciclo flamenco gaditano que acoge el Baluarte de la Candelaria, entre los meses de julio y agosto, y que son todo un referente para disfrutar del flamenco de primer nivel, acogió la primera de sus citas. Combinando una vez más la juventud y la veteranía, bajo un cartel muy bien rematado, donde Cancanilla de Málaga era la figura estelar de un plantel que componían también Jesús Castilla y María del Mar Fernández al cante y el jerezano Andrés Peña al baile, los duendes del flamenco quisieron hacernos revivir el ‘día de la marmota’ y volver a repetir la historia dejándonos sin poder disfrutar del baile.

Una pena que no se pudiera rematar una noche que transcurrió bajo una temperatura ideal y en un entorno donde el único pero, aparte de la incidencia del escenario, hay que ponérselo al Catering El Faro con los precios antipopulares que tiene para atender al público que asiste a este espectáculo pagando una entrada de 15€. Pero vamos a dejar a un lado la lista de precios, que la pueden ver en la galería gráfica de esta noticia y vamos a centrarnos en lo que ocurrió sobre el escenario que es lo que nos interesa.

El encargado de abrir plaza, de estos Jueves Flamencos dedicados a Mariana Cornejo, a la que se le rindió homenaje en el descanso del acto, fue el cantaor gaditano Jesús Castilla acompañado por la guitarra de Víctor Rosa. Con malagueñas del Mellizo y dedicando una soleá rematada en soleá apolá a la homenajeada y al Tío Chele, el cantaor gaditano salió apostando fuerte y dejando el listón alto para quien tuviera que salir tras él. Por alegrías tuvo detalles y guiños a los clásicos de su tierra y en los fandangos tuvo fuerza y poderío para arrancar la primera ovación importante de la noche. Cerrando por bulerías y realizándole un guiño a La Perla y a Juan Villar, el cantaor pasó con muy buena nota el encargo de aperturar la cita.

Tras el fallido intento, donde Andrés Peña hizo lo que pudo por tangos con el acompañamiento de Miguel Rosendo y El Londro al cante y el toque de Jesús Guerrero, nada más y nada menos. El bailaor se disculpó y no tuvieron más remedio que retirarse antes de tiempo, no sin antes dejar detalles sobre las tablas de su grandeza artística. “Tengo muchas ganas de bailar, no saben ustedes cuantas, y más para homenajear a una compañera como fue Mariana, pero esto es una pista de patinaje” fueron sus palabras antes de despedirse y tomar la palabra el maestro de ceremonias excusando de toda responsabilidad a los organizadores ya que, el constructor del suelo, le habían garantizado la correcta realización del suelo de baile hasta el punto de correr esta empresa con todas las responsabilidades.

Al parecer, el suelo acústico se ha imprimado con una laca deslizante con la que, los encargados de darle vida a la punta y el tacón, tienen poco menos que imposible el poder mostrar sus cualidades, so pena de poner en riesgo su integridad física o bailar descalzos, como fue el caso de Andrés Peña y que pueden ver en el video de esta noticia.

Con el intermedio finalizado, el cante gaditano iba a ser de nuevo protagonista en la voz de María del Mar Fernández, que se acompañó de Manuel Fernández a la guitarra y de Diego Montoya y Tate Núñez, palmeros oficiales, para ofrecer la otra cara del cante de Cádiz, en su vertiente más melódica y donde los nervios le jugaron alguna que otra de las suyas. Cantiñas y Alegrías, Granaínas, Fandangos de Huelva y un doblete por Bulerías fue la intervención de esta cantaora a la que seguro que el tiempo le aportará las tablas necesarias porque buen registro tiene que es lo importante.

Como figura estelar de la noche, desde Marbella, pisaba el escenario Cancanilla de Málaga escoltado por la guitarra de Chaparro de Málaga y los problemas se nos olvidaron. Si en vez de en Marbella hubiera nacido en Cádiz, nadie diría lo contrario de este cantaor a quien, cuando tenía cinco años, Manolo Caracol le respondió “¿y tú siendo de Marbella sabes hacer tantas cosas?” cuando le  respondió a la pregunta de qué sabía hacer tras pedirle trabajo en el Tablao ‘Los Canasteros’ que regentaba el genial cantaor sevillano.

Conectando con el público desde el primer segundo, al igual que ocurriera el año pasado, Cancanilla de Málaga encuentra en el escenario su espacio natural. Está cómodo, se le ve que disfruta y, además, no se guarda nada en los bolsillos y ni se esconde en ninguno de los cantes. Unas soleás por bulerías con mucho soniquete, unos Tientos-Tangos dedicados a su amigo Juanito Villar, presente entre el público, una siguiriyas donde tuvo que apretarse los machos y un recital de pataítas por bulerías “pero sin golpear que en El Rocío me he hecho daños hace unos días” pusieron fin a una jornada inaugural de este ciclo flamenco a que, la próxima semana, Jesús Méndez, Lorenzo Gálvez ‘Ripol’, Ezequiel Benítez y Lucía Álvarez ‘La Piñona’ serán los encargados de darle continuidad.