V Centenario de San Bruno

En estos días se cumplen quinientos años del culto al fundador de la Orden Cartuja. Se da la circunstancia de que San Bruno no fue nunca canonizado formalmente, pues los cartujos rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador. Fue Clemente X quien extendió a toda la Iglesia de Occidente esta autorización en 1674.

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San Bruno nació en Colonia (Alemania) en torno al año 1030. Estudió en Reims y en París. Fue ordenado sacerdote y se dedicó a enseñar Teología y Ciencias Eclesiásticas en la Galia. Fue canciller de la diócesis de Reims y más tarde rehusaría el puesto de arzobispo de Reggio.

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Deseando llevar una vida en soledad, se instaló junto con seis discípulos en el apartado valle de la Cartuja (en los Alpes franceses), donde fundó el monasterio de los monjes cartujos, conocido como "La Grande Chartreusse", cerca de Grenoble, dando origen a una Orden de estricta regla benedictina que conjuga la soledad de los eremitas con la vida común de los cenobitas.

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Llamado a Roma por el Papa, el Beato Urbano II (antiguo alumno suyo), para que le ayudase como consejero en las necesidades de la Iglesia, pasó los últimos años de su vida como eremita en el cenobio de La Torre, en Squillace (Calabria), donde murió el 6 de octubre del año 1101.

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El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida.