Diego Padilla: un tributo pendiente

Si tengo recuerdos especialmente entrañables de mis años de adolescencia, con la radio como protagonista, entre ellos figura el de un nombre tan histórico como injustamente olvidado. Al deleitarme con un vídeo sobre la prestigiosa banda de Rock Andaluz Imán Califato Independiente, me he topado con la imagen de un tipo irrepetible: Diego Padilla.

A la memoria auditiva acuden los compases de la sintonía de un programa, de frecuencia diaria en Radio Jerez FM, por entonces en los 98,5 megaciclos y en plena transición a sus emisiones en estéreo: ‘Doble Cero’. Eran los años 80. Cada noche, Diego nos abría el escaparate de las músicas más vanguardistas, una vez finalizada la programación de la radiofórmula de Los 40 Principales. Perfectamente documentado, el histórico y peculiar presentador (ahora es más usual la denominación Disc Jockey, o DJ) ofrecía un amplio y meticuloso repaso de las nuevas tendencias musicales. Música no comercial que nada tenía en común con los ídolos de fans, encargados de repartir horteradas coreadas a gritos.

¿Qué decir de Diego Padilla? Era un tipo, siempre de apariencia juvenil, acorde con su carácter. Las gafas negras (que usaba luciera o no el sol) era otra de sus más características señas de identidad.

El tono de su voz, siempre pausado, incitaba a extremar la atención en la selección de discos que invitaba a escuchar. A diferencia de los locutores de radiofórmulas que, en la mayoría de los casos, en la actualidad se empeñan en gritar, su énfasis vocal podría equipararse al de uno de los grandes de la radio musical en España, el maestro del ‘Vuelo 605’ Ángel Álvarez, a quien tuve la dicha de entrevistar.

Diego Padilla era único, pero no por ello tuvo toda la suerte que tal vez mereció en su paso fundamental por las ondas de la radio.

Los históricos tiempos de la FM jerezana, en una auténtica factoría de jóvenes talentos radiofónicos con cuna en la sede de Radio Jerez, por aquellos días en la calle Caracuel, suponen hoy día un hito muy difícil de superar. Calidad, frescura y altas dosis de ilusión abundaban en los pasillos y estudios de la emisora.

Y entre el nutrido grupo de chicos y chicas que formaba las voces de la FM (no enumero para no caer en injustos olvidos) estaba él. Era abrir el micrófono a las 00,00 horas y llenar de riqueza las ondas.

Con su carácter afable y abierto, Diego Padilla fue un adelantado a su tiempo. Con infinidad de contactos en plena eclosión musical (finales de los 70 y años 80), contribuyó de manera decisiva a la organización de conciertos en Jerez y la zona. El evento más afamado, y tristemente desaparecido, el Concurso Nacional de Pop-Rock Alcazaba. Desde este certamen anual saltaron a la fama grupos de renombre como Danza Invisible, 091 o SS20, sólo por poner algunos ejemplos.

Tuve la suerte de conocer a Diego, además del honor de coincidir trabajando con él en los primeros tiempos de Onda Jerez (radio), en los estudios situados en la calle Patricio Garvey. Por entonces presentó programas como ‘Distrito Distinto’ o ‘Con Gafas Negras’.

Ya alejado de los micrófonos, un infortunado accidente eléctrico segó su vida cuando trabajaba en un bar de Caños de Meca. Resulta muy triste y tremendamente injusto que, a día de hoy, su labor didáctica en la radio musical jerezana y andaluza, no haya merecido, a juicio de los diferentes estamentos, empezando por los propios medios de comunicación jerezanos, un reconocimiento más que ganado.

Cierto es el dicho de “nunca es tarde si la dicha es buena”. Por ello, desde estas líneas en +JEREZ, animo a quienes le conocimos y disfrutamos con sus programas, o compartimos horas de trabajo y disfrute junto a él, a organizar un homenaje póstumo al recordado presentador de Doble Cero. A buen seguro, desde el mismo lugar por donde esparció su amor por la música, Diego lo agradecerá. No me equivoco al asegurar que más de un cuarenta o cincuentañero apoyará la iniciativa. Yo, el primero. ¿Quién se apunta?