Crónica del Jueves de Pasión

Casi nadie se lo quiso perder. Cierto es que no estuvieron todos los que son, pero pocos faltaron a la cita que de nuevo en la jornada del Jueves de Pasión, nos propuso la nueva y joven Hermandad de Bondad y Misericordia. Una cofradía en pleno proceso de conformación, que no debiera caer en el error de querer correr, mal endémico de muchas nuevas cofradías jerezanas, y que para empezar, procesionando en el día en el que lo hace, ha conseguido ya convertirse en el primer reclamo cofradiero de la nueva Semana Santa.

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Por eso, desde las cinco y media de la tarde, un gentío acompañó al Señor, que de rodillas conversaba con San Pedro, ante la atenta mirada de estreno del apóstol San Juan, resultando especialmente hermoso el tránsito de la cofradía por las barriadas de El Calvario, Juan XXIII, o Los Naranjos, zonas que antecedieron a la bajada hacia el centro por la calle Lechugas, y luego por Taxdirt.

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Fue a partir de entonces cuando la cita llegó a convertirse en tumultuosa, lo que quedó demostrado un año más en San Juan de Letrán, cuya puerta presentó el aspecto de las grandes citas. Allí tuvo lugar la estación de penitencia, certificándose un año más las excelentes relaciones de la nueva corporación, con la Hermandad del Nazareno, comenzando entonces el regreso al Hospital, por un itinerario curioso cuanto menos, que atravesó cual saeta en la noche, lo más intenso e íntimo del barrio de Santiago.

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Se notó entonces que ya sólo quedaban los más animados a llegar hasta el final, pero ni aún así puede decirse que hubiera poca gente en la recogida. Ni mucho menos. Siguió el Señor muy acompañado, y es que con Bondad y Misericordia, Jerez volvió a recuperar las ganas.. las muchas ganas, de vivir la Semana Santa de 2014.

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Ah.. y por cierto, lo de la Banda de San Juan, de sombrerazo. ¡Chapó!