Pisadas decrecientes

Rindiéndole homenaje a la mujer, a través de la fiesta y el rito, la bailaora cordobesa Olga Pericet  estrenó su nuevo espectáculo en el Teatro Villamarta. Dos años de preparación y trabajo ha sido el tiempo que ha tardado en ver la luz ‘Pisadas’ donde, a través de seis pasajes, se realiza un imaginario abierto del mundo del baile, donde el uso y la costumbre juegan papeles fundamentales.

Tomando el ritual y la fiesta como base, Olga Pericet se muestra contundente y plástica en las malagueñas del primero de los actos. Con una facilidad aplastante, serpentea su figura en los abandolados por rondeña a los que ‘El Lavi’ y Miguel Ortega les marcan el paso a Herminia Borja, que tiene un mano a mano con Olga Pericet de muy buena factura, preparándonos el cuerpo para lo que quedaba por venir.

Vestida de corto, y haciéndola protagonista de la escena un ribete dorado en su chaleco, nos centramos en ella y ella se centró en las tarantas, los tarantos y unos tangos de cierre que fueron lo mejor que vivimos ayer en el Teatro Villamarta. Hasta ese momento, pocos han sido los pasajes que llevamos de festival que se le han acercado a esta emulación de Carmen Amaya por parte de Olga Pericet. Los duendes quisieron salir a pasear y, que mejor sitio que el Villamarta, para darse una vueltecita.

A partir de ahí, las pisadas de fueron diluyendo. Un garrotín por parte de Juan Carlos Lérida, emulando a la berrea, nos llevaba a la creación de la vida y la relevancia e importancia de la mujer llegó en un dúo con Olga Pericet con apuntes cómicos en algunos pasajes pero que hicieron que decayera el buen ambiente que reinaba en el patio de butacas. Acto seguido, para levantar el ambiente, llegaba la fiesta y el júbilo del ritual de las pedidas, pañuelos y los rituales de boda. De la mano de la Bulería vino la honra de la virginidad, el romance desfloró a la rosa de la pureza y la alborea eclosionaba el conjunto de una fiesta que, si hubiera acabado el espectáculo en ese momento, tendríamos otra perspectiva de lo ofrecido.

Olga Pericet es una artista con inquietudes vanguardistas y, prueba de ello, el final que tuvieron las ‘Pisadas’ estuvo protagonizado por la parte contemporánea y más vanguardista de la bailaora cordobesa. Dejándonos esa sensación de no comprender las motivaciones de la inserción de esa pieza, en ese preciso momento final, el espectáculo, que rozo las dos horas de duración, tuvo una primera parte magnífica y una segunda que se fue diluyendo conforme pasaban los minutos.