Un banquete de flamenco

Belén Maya vuelve a cambiar de registro en ‘Los Invitados’, en esta ocasión la compañía se va de fiesta, de celebración, de reconocimiento a tantos años de trabajo y, para ello, organizan una cena sobre el escenario, donde incluso hay recuerdos para quienes ya no están. De forma independiente, pero bajo un hilo conductor muy bien llevado de forma escenográfica, todos y cada uno de los miembros de la compañía se van encontrando frente a frente con la personalidad de la artista andaluza-neoyorkina.

Este autor regalo que la propia compañía se hace, se nos muestra a través de una historia contada a lo largo de dos horas de duración en la que, a golpe de la toná “trin, trin, que a la puerta llama”, va teniendo diferentes episodios en los que Belén Maya, junto al actor Javier Centeno, se encarga de enlaza para ir recibiendo a aquellas personas a las que admira y con las que quiere disfrutar sobre un escenario, haciendo y dejando hacer. De esta manera, la bailaora comparte parte de la velada con ellos y abandona las tablas para que los protagonistas sean quienes habitualmente salen detrás en todas las fotos.

Bajo una cuidada escenografía, en la que siempre existe un elemento que haga acogedor la amplitud del proscenio,  el Teatro Villamarta se convirtió en un banquete de cante, con José Valencia, José Anillo, Gema Caballero y Tomás de Perrate, a los que no se les puede poner un pero ni a  lo que cada uno aporto en formato flamenco, ni a como lo que se atrevió a realizar el de Utrera emulando a BB King y Fred Astair, en banquete de toque, con Javier Patino y Rafael Rodríguez ‘Cabeza’ enormes y, principalmente, en un banquete de baile con palabras mayúsculas, viviendo momentos entre Belén Maya y Manuel Liñán, ambos con bata de cola, memorables, y de un banquete con sorpresas, donde el recuerdo a su madre, Carmen Mora, vino acompañado el cante de Carmen Linares, con quien Belén Maya homenajea a su madre a través de los tarantos que tantas noches bailara ella junto a la gran dama del cante.

‘Los Invitados’ te hace sentir el flamenco, te lleva en volandas por el mundo del cante, el toque y, sobre todo, el baile. Parece inmensamente sencillo todo cuanto ocurre, parece inmensamente fácil todo cuanto se realiza, parece que eres parte de la compañía, parece que no existe dificultad pero, tener esa capacidad de hacer parecer fácil las cosas, es inmensamente difícil y solo la tienen quienes están tocados por esa varita mágica que algunos buscan y no encuentran durante toda su vida.

Enhorabuena.

No se lo pierdan.