El crucificado del Perdón, ya tiene su calle

Primero fue un terreno baldío, lleno de nada. Luego vio emerger una ermita, y luego, una canalización de las aguas que le iban llegando desde la plaza de los Curtidores. Más tarde vio nacer una bodega junto a sus piedras, y al final, vio como el tiempo moría y resucitaba, antes de que llegaran unos cofrades de rostro sencillo, escoltas de un Cristo joven y de una dolorosa llena de hisorias y leyendas.

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Ahora, poco queda de todo lo que antes existió, salvo un templo centenario y hermoso, y pequeño y coqueto. El resto, vive a la sombra de un gigante de ladrillo, infamia de una ciudad que nunca supo decir que no al olor de los dineritos, una mole sin sentido alguno, que eso sí, tampoco fue capaz nunca de luchar contra la fuerza de aquel crucificado de los años sesenta.

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Por eso es Él quien manda y templa, y por eso, la misma ciudad que un día tanto erró, ha sido capaz de enmendar en parte su equivocación, dedicando a Dios una calle con nombre de Redentor joven.

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Es, el pasaje del Cristo del Perdón. Pago a tanto y tanto.. y justicia certera tras muchas.. pero muchas vicisitudes.

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El regalo que Jerez le ha hecho a la cofradía por su Cincuentenario..