Más Pepa que Sara

La Pepa llega a Jerez, la Constitución de 1812, la que se firmó un día de San José, la primera constitución liberal de la historia de España, ponía sus pies de forma alegórica en el Teatro Villamarta encarnándose en una Sara Baras a la que echamos de menos en la noche de ayer.

Y la echamos de menos por varios motivos. Uno de ellos, porque echamos en falta a Cádiz, su ingenio, su impronta y su filosofía de vida sin la que La Pepa no sería La Pepa. Segundo, porque tras un breve aperitivo de un zapateado, tardamos casi una hora en verla en acción y, por último, porque con tres apariciones no se pueden sostener más de dos horas de espectáculo y, los que allí nos dimos cita, fuimos a verla a ella.

La puesta en escena y coreografías corales de todo cuanto contiene ‘La Pepa’ son de matrícula de honor, como siempre y a lo que nos tiene acostumbrados Sara Baras, pero nos faltaba ella como epicentro y ella, que sabe cómo nadie rodearse de los mejores, se nos quedó entre bambalinas y eso se nota.

De corte clásico y sin faltarle un detalle, ni siquiera un fallo luminotécnico, la meticulosidad con la que las coreografías fueron realizándose tenían ahí el complemento perfecto, aunque a quien se encargara del diseño del sonido habría que llevarle al otorrino. Si importante es escuchar la limpieza en los pies cuando se baila, igual de importante es escuchar lo que se canta porque el cante es el hilo conductor de cuanto se desarrolla sobre el escenario, cosa que en muchos momentos no se podía ni siquiera intuir debido al ensordecedor sonido de pies que salía por los altavoces.

Fuimos a ver a Sara Baras y nos quedamos con ganas de más. Nos quedamos con ganas de disfrutar más de su virtuosismo y su técnica, de verla convertirse en una figura etérea con el vuelo que ella sabe darle al vestuario que utiliza, de saborear esa complicidad con la que es capaz de atraparte y meterte en su universo bailaor, de hacerte sentir el baile como hizo en las eléctricas seguiriyas, en la sensualidad de la soleá por bulerías y en la alegrías que ha convertido en buque insignia de su baile y con el que puso al público en pie, quedando demostrado que había más paja que trigo en esta Pepa a la que le sobraban o pueden sobrarle más de uno y más de dos pasajes como, por ejemplo, un eterno solo de percusión por poner algún ejemplo.

Video: Canal YouTuBe Boasorte