La Macanita, tradición y frescura

Las apuestas que Jerez va a presentar a la I Muestra de Flamenco, que acoge en estos días el Teatro Central de Sevilla, no podía tener mejor rampa de lanzamiento que la que ofreció en la noche de ayer Tomasa Guerrero ‘La Macanita’, que estuvo acompañada a la guitarra por un Manuel Valencia que supo poner la guitarra en el sitio que se merece.

Sin complicarse la vida, sin entrar en ese juego tan de moda de los ‘temas’ que no hay por donde cogerlos y entrando en los terrenos ortodoxos del cante, se fue desarrollando la hora y cuarto de una actuación. Con la aportación y frescura en letras, fueron llegando tientos-tangos, cantiñas y alegrías, soleá, malagueñas, siguiriyas y bulerías, que fueron intermediadas con un solo de guitarra a compás de soleá por bulerías para el preceptivo cambio de vestuario.

Tras varios años sin afrontar una actuación solista en la capital andaluza, sus últimas intervenciones han sido como artista invitada o formado grupo en la pasada Bienal, la voz de la artista del Barrio de Santiago posee un poso y un fondo que la hace singular por inusual en el cante femenino.

Su voz a medio camino entre lo brillante y lo rajao, le permite acomodarse en los cantes como quiere y, con sapiencia y experiencia cantaora, su recorrido en la actuación le permitió que un cante adaptara la voz para el siguiente, dándose los descansos y los esfuerzos en los momentos necesarios para poder mantener la atención del respetable en todo momento, que despidió en pie a la artista jerezana, junto con toda la escolta musical compuesta por Macano, Chicharo y Bo a las palmas, la percusión de Luis de Periquín y los coros de Lela Soto, amén de la enorme guitarra de Manuel Valencia.

Listón alto en el apartado cantaor el que ha dejado Tomasa Guerrero ‘La Macanita’ en una Muestra de Flamenco en la que los artistas seleccionados para participar en ella, afrontan a pecho descubierto todas las consecuencias de taquilla.