..y llovieron flores desde el Campillo..

Faltaban ellos. Los mejores haciendo petaladas durante muchos años en Jerez, porque eran las suyas, unas petaladas reivindicativas que pedían corona de oro para la Reina que mora en la Ermita de San Telmo. Aunque estaban, y habían estado en todo lo vivido junto a la Esperanza desde que esta se fue de su casa para visitar a su hijo crucificado allá por San Lucas.. faltaban ellos.. pero ellos aparecieron, justo en pleno corazón de la recogida de la Virgen.

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Y fue que allí, en el inicio de la calle Sol, una foto grande del Cristo, y una colgadura con aromas de Viernes Santo, anunció que allí estaban los cofrades de la Expiración -Yedra y San Telmo, Hoyanca y Plazuela- y fue que allí comenzó a llover sin que nadie se lo esperara.. una lluvia de colores, de esas que llenan las cabezas y las sonrisas.

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Ni Mario Picazzo, ni Roberto Brasero, ni Albert Barniol (el de la 1) podían explicarse el fenómeno. Llovía en Jerez sin que ellos lo hubiesen anunciado, pero fue, porque así fue como quiso el Cristo recibir otra vez en el barrio a su Esperanza.

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Así es como fue.. cayendo otra vez desde la Gloria, esas flores inconfundibles, que siempre saben llover desde el Campillo..

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