El Simpecado en Santo Domingo: todo acabó

Parece mentira lo rápido que pasan los días. Pero pasan. Esa es la inexorable realidad que todo lo domina. Hace tan solo ocho días partíamos hacia El Rocío, con la mochila cargada de ilusiones, y ya estamos aquí, en Jerez, de vuelta, cargados de otras cosas muy distintas.. a veces no todas felices. Esa también en otra de las leyes que tiene la romería.. porque nunca hay dos iguales.

Y es que, si Jerez supiera el poderío, la fuerza, la hechura, el arte, y el señorío que tiene.. todo sería mucho más fácil. Pero desafortunadamente, eso no es así. Quizás lo fuera alguna vez, pero ahora no. Por eso, la llegada a Jerez de nuestra hermandad rociera, no es la llegada que debiera ser.

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Tampoco lo es la salida. Ya lo contamos en su momento. Y ojo, que a los rocieros que vienen de camino, poco más se les puede pedir. Vienen como vienen, y con eso es suficiente. Es la ciudad la que tiene que responder, pero ya sabemos que no sabe.

Por eso, un año más, todo fue desangelado y rápido. En fin. Es lo de todos los años. Tampoco extraña.

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Quedémonos con la ilusión del reencuentro, y eso si, con nuestra más sincera enhorabuena a Isaac Camacho y a todos los suyos, por el esfuerzo que siempre supone llevar hasta la Ermita, la sal y la gracia de nuestra tierra.

Acabó la romería de 2013. Salud y suerte, para el año que viene..

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