La Cuna blanquinegra de Carmona

Como si fueran alfa y omega, vida y muerte o pena y alegría, Jesús Carmona trajo ayer a las tablas de la Sala Compañía su espectáculo ‘Cuna blanca y negra’ donde tradujo al baile flamenco su forma de ver el vacío y la plenitud, donde en una primera parte afronta los retos oscuros a través del cante más lacerante, siendo la segunda donde lo blanco trata de ser todo felicidad y alegría.

Durante la hora y media que dura el espectáculo, que carece de hilo argumental alguno, el vacío ocupa la primera parte a través de las trilleras, fandangos de Huelva y una farruca que fue de lo más destacable de la primera parte, que finaliza un paso a dos en una larga soleá.

Tras más de un cuarto de hora con el telón abajo, el segundo tiempo comienza con unos compases que se convierten en una maternal nana que dan paso a unas asalmarinadas sevillanas muy vistosas por el juego de mantón que tiene y, como momento más destacable, en plan patriarca bastón en mano, Jesús Carmona comenzó por tangos la parte más interesante de todo cuanto acontecía y donde demostró el por qué ha sido el ganador del último premio ‘Desplante’ de La Unión, que se despidió del respetable con un romance por soleá por bulerías.

David Montes
@Flamencomania