Junio

Se presentó Junio con sus largas horas de sol.

Ha venido vestido con resplandeciente luminosidad. De repente, un día mayo se marchó y llegó él.
Le abrí la puerta y pasó por mi lado. Algo caliente me rozó cuando susurró que se quedararía 30 días.

Entonces pensé; hay que sacar de los armarios los vestidos livianos, las camisas de lino y las faldas de hace unos años, que se han vuelto a poner de moda. Sí. esas largas hasta los tobillos que acompañabamos con sandalias y capazos. Habrá que rebuscar en los cajones los bikinis, pareos y camisetas desgastadas. Junio siempre viene con ganas de fiesta.

Le gusta las terrazas y los tintos de verano, las cervezas fresquitas en éstas tardes largas de luz. Me ha dicho que quiere calle, reunión de amigos, risas y conversación.

Mes para comenzar a correr por playas de arenas y soñar con viajes que quizás no se cumplan, proyectos con castillos en el aire.

Pero en ese rock and roll de la vida, dónde pasan cosas y nada está terminado hasta que llega el fin, iremos girando y girando en esta noria loca cargada de sensaciones. Repletas de emociones que suben y bajan subidos a la Noria de la feria.

Pero llegando junio algo pasa que no es tan bucólico. En esas noches de calor cuando se abren los balcones para que corra el aire, también entran las voces de los desordenados de la calle.

Y entonces tardas en conciliar el sueño o te despiertas a ratos cuando hablar es un grito y las carcajadas suenan vociferonas. A esas horas que desconciertan hasta a la oscuridad. Ellos y ellas cortan el silencio soltando migajas, ensuciando el descanso de la noche.

Somos un país ruidoso hasta cuándo duerme.

Y algunos no respetan el descanso de los demás. Son los nocturnos sin reparos, o los llamados ninis, que por el día con el sol y la luz duermen a pierna suelta. Qué difícil es ir en un mismo rumbo.

En qué momento estas personas se alejaron de los modales , la educación, el respeto, el trabajo... O es que nunca lo tuvieron. Son los que ensucian las aceras dejando su rastro, vaciándose después de haber bebido.

"Cómo hacemos un ovillo  con todo lo que tenemos", dice la canción de Vanesa Martín.

Ay; no perdamos la esperanza, no perdamos las ganas, no perdamos el sueño.

Junio, por si acaso, me ha vuelto a recordar que la vida se vive. Que ya habrá tiempo de enfadarse, de estar  triste y de morir.