''Y al final, no escuché a los Romeros de la Puebla'' por Andrés Cañadas

Un día cualquiera en la Feria. Día grande de fiesta con los amigos, con quienes echar el ratito de siempre, desde hace ya muchos años. Y en la misma puerta del real, una apuesta con uno de ellos...:

Publicidad -¿Escucharemos hoy más a los Romeros de la Puebla, o a Luis Fonsi y Enrique Iglesias?
-¡Hombre por favor! A los Romeros siempre..!
Publicidad -¿Seguro? ¿A los Romeros?
-¡Pues claro, compare! ¿Cómo se va a escuchar más en la Feria de Jerez a Enrique Iglesias que a los reyes de las sevillanas?
Publicidad -Vale, vale... pues vamos pa´dentro, y empecemos a contar.

Y allá que nos fuimos, y empezó la jornada entre medias botellas y raciones de chocos, jarras de rebujito, y jamón con picos de los gordos. Todo perfecto. Gran jornada ferial, salvo por un detalle: llevábamos más de dos horas, y aún no habíamos bailado nada. Rumbitas al principio mientras almorzábamos, y más rumbitas después, en la segunda caseta en la que entramos. En ésta (disculpen ustedes que no dé nombres) estaban preparando un pequeño escenario para la actuación de un grupo, que -todo sea dicho- estuvo de fábula. Comenzó con un par de sevillanas, luego cambió a bulerías, y luego a más sevillanas, para cerrar otra vez por Jerez. Bien, aunque de momento, empate a cero entre Iglesias y los hombres de José Manuel Moya.

Siguió la jornada de nuevo, y decidimos irnos a otra caseta. Por el camino, comenzó la goleada. En la primera caseta al doblar la esquina... ZÁS... ''¡Súbeme la radio!, y en la segunda, a mano derecha, otro ZÁS: ''¡Despacito!''... y así, sucesívamente, hasta que llegamos al seguro remanso de paz que nos aguardaba entre tanta barbarie, donde ¡cómo no! estaban preparando otro escenario, para otra actuación, esta sin tanta 'jerezanía' como la primera, pero sí ambientada y graciosa para acompañar la hora del 'cubata'. Las sevillanas, antiguas -como todas en esta feria- y las rumbitas, más de lo mismo, aunque eso sí, para dar modernidad al asunto, alguna canción de las actuales metidas por rumbolerías, y todo el mundo a botar como si fueran autómatas. ¡Ay Señor!

Llegó la noche, y el final de la jornada, también, y cada vez que tocaba solemne traslado de una caseta a otra, siempre sonaba de fondo lo del primo Luis, o lo del primo Enrique, pero de 'Los Romeros', nati mistrati. La cara de mi compare, lo decía todo. Pero en fin. Todo sea por la que dicen que es, la mejor feria del mundo.

Última etapa. Otra caseta de las 'guays'. Y allí que se coloca un tipo con una guitarra eléctrica y con cara de todo menos de cantante, y le da por formar un 'taco' a base de 'Hombres G', Pitingo, Bambino, Raya Real, Raphael, Lola, La Unión, El Barrio, Miguel Ríos, 'Formula V', Marisol, Massiel, y toda la compaña similar que ustedes se imaginan, en un popurrí sin final que provocó el paroxismo en las muchísimas personas que allí estábamos. Un rato de arte ¡joé!, pero de un arte muy distinto al que a mí me enseñaron cuando 'chiquetito', así que como cierre a todo, y para desintoxicarnos, nos fuimos a escuchar cante en una caseta de las gestionadas por las peñas flamencas de la ciudad, y nos pudimos despresurizar a gusto de tanta infamia musical en esta feria felizmente acabada.

Y es que -obviamente- la feria no tiene la culpa de que el mundo de las sevillanas haya muerto hace muchos años, y haya dejado de ser el que daba forma a la banda sonora de Andalucía en primavera. Pero ¿qué quieren ustedes que les diga? Una Feria del Caballo en la que no fui capaz de escuchar a los Romeros de la Puebla en toda la semana, es una feria que se lo debe de empezar a plantear de una vez.

¡Ah, no, que se me olvidaba! Sí escuché una sevillana de los Romeros el último día, más o menos sobre las cuatro de la tarde, no recuerdo en qué caseta. ¿Saben ustedes cuál? La que dice aquello de.. 'El embarque del 'ganao', levanta una polvarea'... y el resto de lo que ocurrió el sábado por la noche... ya lo conocen ustedes.

PD: Palabrita del Niño Jesús que fue esa sevillana.