Y sé todos los cuentos

He comenzado bien el año. Lo hago leyendo a los poetas, a aquellos que no forman parte del “coro de los grillos que cantan a la luna”. Lo hago en una antología publicada en España en 1963, cuando nos parecía importante leer a los que tenían algo que decir y que hoy se encuentran confinados en la isla del olvido. Paradojas del tiempo y de la historia, en este tiempo desmemoriado. León Felipe decía que “los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino“; parece que su destino era el olvido, por eso, en aras de la justicia y de la literatura, denostada en este tiempo de ignorancias supinas, lo rescato en esta página. “¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas / y siempre se repitieran / los mismos pueblos, las mismas ventas, los mismos rebaños, las mismas recuas! / ¡ Qué pena si esta vida tuviera / -esta vida nuestra- / mil años de existencia! / ¿Quién la haría hasta el fin llevadera? / ¿Quién la soportaría toda sin protesta? / ¿Quién lee diez siglos de la historia y no la cierra / al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha? / los mismos pueblos, las mismas ventas, / los mismos tiranos, las mismas cadenas, / los mismos farsantes, las mismas sectas / ¡y los mismos, los mismos poetas! / ¡Qué pena / que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!” Y se marchó de esta tierra que amaba. Murió en México en 1968. Era sabio y poeta y aún sigue siendo válida su obra y sigue hablando: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Digo tan sólo lo que he visto. / Y he visto: / que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos… / Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos… /Que los huesos del hombre los entierran con cuentos… / Y que el miedo del hombre / ha inventado todos los cuentos. / Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Pero me he dormido con todos los cuentos… / Y sé todos los cuentos.” Quizás por ello no se le tenga en cuenta. Hoy, que comienza un nuevo año, también comienza la esperanza de vencer los cuentos y no dormirse con ellos