En el tabanco tienen puesta la radio que me sirve de telón
de fondo, porque apenas presto atención al programa que se transmite. Ando
liado con unos apuntes que trato de ordenar en mi cuaderno, y haciendo algunos
números. Porque estoy tratando de hacer las cuentas. Llevamos ya 301 días sin
formar gobierno. Estoy aburrido de esperar y quisiera hacer balance, pero sólo
pensarlo me sonroja y siento cierto bochorno. Y lo peor de todo es que llevamos
301 días de mareo de perdices y otras zarandajas por el estilo, y, sin embargo, seguimos vivos. Y el país sin
hundirse. Nos vamos defendiendo y, por lo visto, así, “en funciones”, no puede
venir por ahora ningún gobernante a asustarnos con bajar las pensiones,
aumentar los impuestos, o hacer alguna tropelía que nos ponga los pelos de
punta. El Congreso hace como que hace, y justifican los pulsos, las peleíllas,
los tiras y aflojas, los dimes y diretes, los Diego digo y los digo Diegos, y
pare usted de contar que se me alteran los pulsos. Y mantenemos abierto un
Senado, que cobra por no trabajar. Presto atención a la radio porque dice que
en estos 301 días han trabajado 16. Parece de chiste, pero es que por lo visto
es así. Y cobrando. Estarán los pobres estresados. Y han cobrado 4 veces desde
que tomaron posesión. 2.813 euros tienen de sueldo base, y 1.823 de
indemnización. O sea que por no hacer nada se llevan 4.636 euros. Y hablo del
simple senador de “a pie” y no meto en la cuenta los gastos de transportes y
otras dietas. O sea que los 266 senadores que tiene esta cámara nos cuestan
(por trabajar 16 días) 1.233.176 euros. Y si ya han cobrado 4 veces,
multipliquemos: casi 5 millones de euros. Y no me atrevo a sumar en mi cuaderno
los complementos del Presidente, del Vicepresidente, de los Secretarios, de los
Portavoces… para no escandalizarme más de la cuenta. Y lo malo es que el gasto
no sirve para mucho. Y van 301 días. Lo peor de todo es que aunque se termine
por formar Gobierno antes de finales de año, estos señores seguirán cobrando
por calentar escaños, y propondrán quitarle el chocolate al loro para ahorrar.