"Una homilía de unión" por Francisco Javier García Félix

Me gustaría agradecer al director espiritual de la Hermandad del Cristo, sus inolvidables palabras pronunciadas durante el triduo en honor a nuestra Virgen del Valle, celebrado hace poco. Esas palabras dejaban claro la Fe que tiene el señor Lozano en aquellos que son limpios de corazón, y la idea de que los sucios de corazón son los culpables de la situación que existe actualmente en la hermandad, por lo que albergan dentro de su alma al demonio y está poniendo a prueba a todos los hermanos de esta nuestra hermandad.

Quisiera afirmar desde estas líneas, que no podría estar más de acuerdo con el señor Lozan,o y desde aquí pido a nuestro director espiritual, a que identifique los motivos que nos han llevado a la desunión como él mismo confirma con sus palabras, y a que haga lo posible por informar al señor obispo, para que se esclarezca públicamente el porqué de tan grave situación, ya que estamos deseando todos una pronta solución.

Pero para eso, creo que habrá que empezar por el principio del problema y tendremos que ir hacia detrás en el tiempo analizando todo sin reservas, sin secretos y sin ocultaciones, ya que esta gran desunión implica trasparencia y dialogo entre las partes que motivan dicho conflicto.

Confiando en sus vehementes palabras y en sus fervientes deseos de que todo esto termine, le insto a que con ese ímpetu y esa convicción se adentre en esas aguas peligrosas y traiga la verdad y la claridad a nuestra querida hermandad, dando muestras de imparcialidad para que nadie dude de sus más buenas intenciones.

Que nuestro señor Jesucristo le ayude a tan difícil tarea, pero pienso que si no se trata este problema con la verdad y sin tapujos, estaremos haciendo un flaco favor al que nos demuestra cada día con su sacrificio en la Cruz, que él es la Verdad y la Vida.

Quisiera haber terminado este escrito con una frase grandilocuente, pero me despido repitiendo unas palabras que usted pronunció: ¿Quién va a traer paz a la hermandad, la junta de gobierno de ahora? ¡Tururú! ¿La que había? ¡Tururú! ¿La que venga? ¡Tururú! ¿El cura? ¡Ttururú! Este es el Cordero de Dios que trae la Paz al mundo.

Sin más, y esperando que con la ayuda de nuestro director espiritual y el señor obispo también la paz venga al mundo, les envío un cordial saludo.