"Algunas reflexiones sobre el ciclo Eucarístico" por Andrés Cañadas

¿Se acuerdan ustedes cuando en todos los programas de radio y televisión, y también en lo que nos contaba la prensa escrita, se hablaba una y otra vez de las múltiples carencias que el ciclo Sacramental de Jerez presentaba año tras año? Era un 'deja vú' de lo más curioso, porque todos los años se repetían las mismas cosas, y además con una pasión tal, que pareciera que quienes así opinaban habían participado en siete u ocho congresos eucarísticos.

Pero miren ustedes por dónde, algo de verdad y de razón habría en todo ello, cuando transcurridos los tiempos, este año 2016 hemos tenido en Jerez un calendario dedicado al Santísimo de lo más completo, un ciclo que se abría con brillo el Domingo de Trinidad en Santiago, para seguir con más brillo todavía en la procesión oficial de la Catedral, y luego continuar con dos citas clásicas y elegantes, en San Miguel y en Santa Ana, cerrando este periodo el Corpus que la parroquia de San Marcos nos regalaba este pasado domingo.

Cinco citas, cinco referencias a cuál más interesante, que por encima de que hayan podido resultar más o menos espectaculares -algunas de las propuestas han sido muy buenas- lo que nos deja como resultado final a tener muy pero que muy en cuenta, es que el Santísimo ya ha empezado a formar parte -por fin-de nuestra cotidianidad cofrade, lo que hace no muchos años era algo totalmente impensable. Además, y esto también es digno de resaltar, no sólo hemos tenido cinco procesiones de Corpus, sino que éstas han venido acompañadas por ceremonias importantes, llenas de contenido y solemnidad, que han elevado, y mucho, el carácter litúrgico de todo lo celebrado, haciéndolo además con nota alta.

Así las cosas, el aprobado incluso se queda corto, ya que la prueba anunciada con cinco fines de semana, resultaba una apuesta cuanto menos arriesgada, pero al final ha quedado claro que cuando queremos, sabemos hacerlo, así que desde aquí, nuestra enhorabuena a todos los que lo han hecho posible.

Ahora bien, no es oro todo lo que reluce, y lo que toca a partir de este momento es plantearse si todo lo que se ha vivido ha tenido realmente como eje principal al Dios verdadero hecho Eucaristía, o si una vez más hemos vuelto a navegar por las lindes de la 'ojana'. Esa es la reflexión que toca ahora, cuando pasados los inciensos y los 'Tamtum ergos' llega el momento de los desmontajes, y de echar la vista hacia lo sucedido en estos días de mayo y junio, días en los que hemos vuelto a ver demasiadas rodillas sin doblar, demasiadas faltas de silencio ante las Custodias con Cristo expuesto, y demasiadas carreritas de aquí para allá con palermos en las manos.

Da la sensación de que en ocasiones ha prevalecido la procesión sobre el Santísimo, y eso sí que no puede ser, porque quien tiene la responsabilidad de organizar una salida de este tipo debe tener claro, clarísimo, que existe una falta brutal de conocimiento por parte de casi todo el mundo, sobre lo que rodea la liturgia sacramental, por lo que toda directriz es poca, y toda acción educativa sobre lo que deba hacerse, siempre será bienvenida.

Y en este particular, deben ustedes permitirnos que empecemos a contar por los directores espirituales que en raras ocasiones supieron entender el culto sacramental desde una perspectiva didáctica. Por eso pasa lo que pasa, que nos arrodillamos cuando suena el 'Pange Lingua', y luego nos ponemos de pie y empezamos a hacer de todo, aunque el Señor siga expuesto en su viril.

Afortunadamente, contamos en Jerez con excelentes párrocos dispuestos a volcarse con los cultos dedicados a la Sagrada Hostia, pero desgraciadamente, también tenemos ejemplos que apuntan al lado completamente opuesto, y en este ciclo recientemente concluido, hemos tenido muestras de todo. Y es que, tantos años de vacío no pueden llenarse de repente, y tantos años con el libro cerrado, merecen al menos que alguien sople el polvo de las cubiertas antes de meterse en faena, que al fin y al cabo, lo único cierto de todo esto, es que el Dios del Sagrario es el que ha sido capaz de traernos hasta aquí.

Porque esto, sí que lo tendremos todos claro. ¿No?