Imán, 40 aniversario

Una tarde de primavera resulta ideal para escuchar un buen disco de Rock Andaluz. Para dejarse llevar por esa fusión mágica que marcó una época de notables cambios. Me pilló de adolescente el apogeo de una tendencia musical tan característica. Tal vez por ello, cuando los días se hacen más largos en la estación de las flores, se apoderan de mí, como si de un bálsamo se tratase, los compases de Darshan, la Marcha de los enanitos, las bulerías del Cerro Alegre, Maluquinha o ¿cómo no? los 22 minutos de Tarantos del Califato Independiente. Esto sólo responde a un nombre histórico en la música progresiva española: Imán.

Justo en este 2016 se cumplen cuatro décadas desde el nacimiento oficial de la mítica formación. Completada un año después con la incorporación de Marcos Mantero, que junto a Iñaki Egaña, Manuel Rodríguez y el jerezano Kiko Guerrero, quisieron llamarse Imán, Califato Independiente. Según el sello discográfico que recuperó en formato digital sus dos primeras grabaciones, Rama Lama, “a Imán se les incluyó, por geografía y por época, en el triunfante Rock Andaluz. Pero fueron mucho más que eso. Quizás se les puede considerar el primer grupo de rock sinfónico y progresivo de nuestro país y sus dos únicos álbumes les convirtieron en leyenda.”

No son palabras gratuitas, ni mucho menos. Sobre todo si la discográfica que reeditó los dos primeros elepés, el homónimo ‘Imán, Califato Independiente’ (CBS, 1978) y ‘Camino del águila” (CBS, 1980) pertenece nada menos que a José Ramón Pardo, erudito musical e historiador de la música pop y rock en España. Un verdadero enamorado de la música, que consiguió así recuperar en CD discos que se hubieran perdido en el recuerdo y que constituyen un verdadero legado musical.

Los dos primeros discos, de los tres que llegó a editar la banda, son considerados obras de culto. Hay quien los busca con pasión en el formato original, LP a 33 r.p.m., en el Rastrillo de la Alameda Vieja o por las tiendas de compra-venta de discos usados de Madrid, como La Metralleta, cerca de Callao. No hay que olvidar los arreglos de Imán en el disco ‘Al Alba con alegría’ de Lole y Manuel (CBS, 1980), una maravilla, contando igualmente en la grabación con el tocaor jerezano Periquín Niño Jero. Escuchando ‘Cabalgando’ y ‘Tierra que canta’ es fácil identificar el peculiar ‘sonido Imán’.
Y como ha sucedido en repetidos casos entre grandes de la música, el grupo se disolvió en su mejor momento, en el punto álgido de su trayectoria juntos, poco después de editar su segundo álbum. Lo titularon ‘Camino del Águila’, en homenaje a la casa de El Puerto de Santa María donde vivieron en comunidad una gloriosa época, en la que compaginaban su creación y actividad musical con la práctica de la meditación. En este segundo disco Urbano Moraes ocupó el lugar de Iñaki Egaña, aportando su destreza y enriqueciendo aún más el ya lujoso sonido del grupo. Fue el último disco de Imán, antes de la separación de la banda.

Pero hubo un tercer disco, presentado en el concierto 30º Aniversario que reunió nuevamente a Imán, en el Alcázar de Jerez, el verano de 2006. Se trató de una edición especial para coleccionistas, que rescataba piezas inéditas, ensayos y temas en directo, grabados con un magnetófono de dos pistas (probablemente un Revox) conectado a la mesa de sonido. El ‘nuevo’ disco incluía ‘La Forja de los Tarantos’, grabación registrada por el técnico Pepe Almadana en la Discoteca April, de Rota. Todo un regalo para una legión de seguidores que no ha hecho si no crecer con el paso de los años. El disco fue editado por Aristillus, gracias a la producción de los propios miembros de Imán y a la perseverancia de Paco Barroso.

Dos días antes del memorable concierto, una vez conseguido el contacto, llamé por teléfono a Iñaki Egaña. Quedé con los miembros del grupo en El Gallo Azul. Se trataba de hacerles un reportaje para TV, acompañado del cámara y amigo Antonio Asenjo. Aquel encuentro supuso una las satisfacciones más memorables que mi profesión y mi mayor afición me han puesto por delante.
Sentados con ellos, charlamos, hablamos de música. Les conté cómo fui a verlos por primera vez, poco antes de cumplir los 14 años, al Festival Luna Llena 79, en el Cine Astoria, evento organizado por Marco Polo Producciones y que reunió en una misma noche a Guadalquivir, Cai, Imán, y hasta a Capullo de Jerez. La situación me parecía de lo más extraordinaria: había escuchado sus discos miles de veces, les había visto en varias ocasiones en concierto y ¡estaba allí con ellos! Su simpatía y sencillez se podían palpar en la charla y en la posterior entrevista.
Y llegó el día del concierto, del que este verano se cumplirán diez años. No se les veía tocar juntos desde hacía veinte, precisamente en la Alameda Vieja, con motivo del desaparecido e histórico Festival Pop Rock Alcazaba, ofreciendo el primer concierto juntos desde el año de la disolución del grupo.

De nuevo, tocaba disfrutar. En una noche mágica de septiembre de 2006, El Patio de San Fernando del Alcázar se oscureció. Entre sus legendarios muros comenzaron a sonar, ya iluminado el escenario, los compases más puros que recordaba. La música hizo flotar a las más de 3000 personas que abarrotamos el espacio del concierto, proyectando la misma energía y sensibilidad de cuando éramos más jovencitos. Y, después de tanto tiempo, el sonido de Imán nos volvió a elevar a una nueva dimensión.

Alguien tuvo la feliz idea de compartir en You Tube un vídeo con imágenes no publicadas del concierto de 1986. La filmación refleja cómo era el Jerez de entonces, la cuesta de la Alcubilla, con la antigua tapia de González Byass y la Alameda Vieja, aún sin reformar. Kiko Guerrero conduce mientras le graban llegando hasta el lugar del concierto, donde se encuentra junto al escenario con sus compañeros y varios amigos, como el inolvidable Diego Padilla.

VIDEO IMAN 1986 ALCAZABA 86

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El verano del 2016 hubiera sido la fecha ideal para reunir a los miembros de Imán para tocar de nuevo juntos, en un concierto por su 40º aniversario. Desgraciadamente, en 2014 recibíamos la triste noticia del fallecimiento de Marcos Mantero, a los 64 años. Ello significó la extinción del grupo, que no la actividad de sus otros tres miembros. El duende de los discos de Imán Califato Independiente sigue vivo. Por algo son considerados obras exquisitas en la historia musical más reciente de nuestro país ¡Larga vida a Imán y al Rock Andaluz!