Juan, en busca de ‘El Dorado’

Juan tiene 37 años. Es un tío grande. Casado, con dos hijos y mujer que rebosan vida y ternura, ha tenido que tomar decisiones de esas que uno no calcula que puedan llegarle en la vida: marcharse al más de 4200 kilómetros de distancia para trabajar. El motivo: no encontrar un ‘curro’ en la ciudad que le vio nacer y que ama tanto como el flamenco, una de sus grandes pasiones. No ha salido en Españoles, o Andaluces por el mundo, esa visión idílica de los paisanos que emprendieron lejos de casa una nueva vida, cargada de alicientes y buenas nuevas. Hoy, tras una meditación nada fácil, se encuentra por segunda vez en Guinea Ecuatorial. Lo ha hecho para echarse una cámara al hombro, el trabajo que viene realizando desde hace cerca de dos décadas.

“Juan ¿tú te vendrías?” La pregunta me deja ‘chocao’. De repente, una sucesión de imágenes pasa a velocidad de vértigo por mi mente. Pienso en mis hijas, en mi casa, en mi gente, en mis cosas, en mis problemas y en mis momentos de felicidad junto a lo que más conozco: mi vida. Pero Juan lo ha hecho, y van dos veces. “Tengo que dar de comer a mi familia, y aquí no hay…”.

Se llama Juan López-Cepero Benítez. Es operador de cámara, los compañeros del gremio le solemos llamar ‘Juanaco’. Formó parte de la plantilla de la desaparecida Ondavisión, que luego se convirtió en la también extinta y recordada Localia TV Jerez. Un buen día el personal de la emisora local de televisión fue despedido al completo. Acababa así una etapa de trabajo ilusionante para un equipo de profesionales que, personalmente (y creo que no soy el único), considero irrepetible. Tras esa etapa, Juan consiguió trabajar en Canal Sur TV, aquí en Jerez, pero nuevamente se quedó en paro. A partir de ahí, Juan se buscó la vida ‘como la Paquera’, pero sin encontrar la ansiada estabilidad laboral. Allá donde ha ido, con quien haya trabajado, se ha granjeado la simpatía y el cariño de la gente. Aún recuerdo las carcajadas que me ha arrancado este personaje, en la época en que coincidimos en Localia, el como cámara, yo como redactor. Siempre con buen humor, unas veces más bruto, otras más refinado, como todos.

Y llegó el día. Se enteró de una oferta de trabajo, en lo suyo, de operador de cámara. Sólo que la oportunidad de empleo le transportaba nada menos que a Guinea Ecuatorial. Lo pensó y, finalmente, tuvo que coger las maletas y ‘tirar millas’. Durante tres meses y medio estuvo en Bata, la ciudad con mayor extensión territorial del lejano país, además de ser considerada como su capital económica. Juan pudo comprobar ‘en sus carnes’ lo que es estar lejos del hogar por pura necesidad. Regresó a Jerez en diciembre pasado y, hace tan sólo un par de semanas, de nuevo, el mismo planteamiento: “me voy otra vez, para otros tres meses y, posiblemente, prorrogable. Es duro, pero es un trabajo bien remunerado y me hace falta”.

Su mujer, Carmen, se queda aquí con los críos (Milagros, de dos años, y Diego, de ocho). Es duro, pero acepta. Es trabajo. Juan está ahora en Malabo, la capital de lo que en su día fuera colonia española.

Juan ¿cómo te llegó esta oferta laboral? A través de un antiguo jefe de trabajo, de cuando estaba en Canal Sur. Hacían falta operadores de cámara y se acordó de mí. Me llamó y pensé que se trataba de una broma. En ese momento no calculaba ni dónde estaba Guinea Ecuatorial.

¿Qué pensaste cuando te lo plantearon? La verdad es que tardé unos días en responderle… No es fácil salir fuera cuando tienes detrás a dos pequeños de corta edad. Así que fue una decisión que tomé junto a mi mujer, entre los dos. Pensamos que era lo mejor para nuestro futuro, pese a que fuera en un país del que no conocía nada, y que tantas alegrías me esta dando ahora.

¿Qué fue lo que te empujó a tomar la decisión? Verás… por un lado el factor económico, pero debo reconocer que es muy importante la parte personal que tiene este proyecto: se trata de ayudar con tu trabajo y experiencia a estos compañeros de la televisión de Guinea Ecuatorial (TVGE)

¿Cómo es el día a día allí y en qué consiste tu trabajo? Prácticamente paso la mayor parte del día en las instalaciones de la televisión guineana, prestando mi apoyo como asesor técnico, o bien impartiendo algún curso de operador de cámara.

¿Qué sientes cuando te encuentras a tantísimos kilómetros de los tuyos? Bueno, ésto lo digiere cada uno a su manera y depende de lo que dejes en tu lugar de origen. En mi caso dejo mucho, que es mi familia; pero bueno, está claro que lo hago por ellos y por su bienestar ¡Claro que resulta duro estar lejos! Pero ésto es lo que hay, ahora, en nuestro país. Es la pura realidad.

¿Cómo te ha resultado el proceso de adaptación, de Jerez a Guinea? Lo único que me ha costado algo más es el clima. Ten en cuenta que aquí hay muchísima humedad. Pero la gente es muy hospitalaria, y eso hace que el tiempo pase lo mejor posible, de una forma menos dura. La verdad es que son un encanto de pueblo.

El tiempo pasa más deprisa de lo que uno llega a calcular. Mientras esto ocurre, Juan vuelca en la televisión guineana su experiencia, conocimiento y buen hacer profesional ¡Nos vemos enseguida, Juan! Y ojalá que sea con una oferta de trabajo en el Jerez de tus entrañas ¡Buena mano, compañero!