Sanlúcar: Una historia cargada de arte y devoción

Las cofradías de Sanlúcar de Barrameda, encierran una historia -una de tantas- que tiene mucho que ver con la figura de doña Juana Reina, sin duda alguna, una de las 'copleras' más universales que ha dado el mundo de la música andaluza, y algo que cobra vigor en la serena contemplación de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, imagen dolorosa titular de la cofradía de Pusillux Grex.

Los hechos nos dicen, que fue en 1995 cuando la Virgen llegó a Sanlúcar, creando una devoción que dio origen con los años a esta cofradía; fue ya por entonces, cuando la noticia de la 'Virgen coplera' llegó a ser conocida en el mundo cofrade sanluqueño, siendo tomada en aquel momento con mucha normalidad, algo que en la actualidad hubiera originado, seguramente, una masiva repercusión mediática.

Se trataba de una dolorosa, surgida de las gubias, pero también de la curiosidad y la leyenda, ya que para lograr a la imagen que a la postre sería referente devocional de esta cofradía del Lunes Santo sanluqueño, su autor, el Imaginero sevillano Juan Ventura, logró que fuese su modelo la imperial artista hispalense.

Así, la que siempre fue conocida como Juanita Reina, posó durante horas en el taller estudio del tallista, prestando a la historia de las cofradías esa naturalidad especial que la postre serviría para dar rostro al dolor de María, asumido a través de esta advocación de origen mejicano.

El reencuentro

Pero como pasa habitualmente en estos casos, lo que empezó siendo una historia real y vigente, vivió años de ostracismo tras la muerte de Doña Juana, años en los que sin embargo, la relación entre la familia Reina y la dolorosa, se plasmó en una constante y creciente devoción, profesada a la Virgen en muchos casos, por los seguidores que la artista sigue teniendo en Sanlúcar.

Y corriendo los años, y sabido en ciertos rincones de Sevilla lo que a orillas de Guadalquivir es una fehaciente realidad desde mitad de los noventa, hace unos días, porque así son estas cosas, regresaron aquellos días de estudio y de posado, ya que otra cantante de copla, familiar además de doña Juana, su sobrina Lola Reina, acudió hasta la sanluqueña parroquia del Carmen, para ver con sus propios ojos, lo que algunos le contaban.

De esta forma, fue el pasado jueves, cuando se produjo el reencuentro entre la Virgen y su familiares; cuando la imagen de doña Juana Reina -tamizada eso sí, en el crisol del trabajo del tallista- volvió a reencontrarse con los suyos, representados en una voz joven, la de Lola Reina, artista heredera del arte de su tía, y difusora de su legado en estos tiempos, en los que más que nunca, las tradiciones deben servirnos para enseñar a quienes deben sentirse orgullosos de las cosas de nuestra tierra, y de nuestra historia.